A veces soy un necio que se resiste a cerrar círculos.
La vida, escuché, es aprender a desprenderse del pasado para darle espacio a nuevas experiencias. El problema es que no encuentro en dónde poner los recuerdos y éstos se me desbordan al presente. Hay días que vivo de la nostalgia.
Hace casi 11 meses que me preguntan qué se siente ser papá. No había encontrado una respuesta hasta anoche cuando me di cuenta que los hijos son, entre otras cosas, anclas para amarrarte al hoy, al ahora.
Nunca antes de tener a Mateo le di tanta importancia a las novedades, al presente, a las gracias nuevas; nunca había estado tan consciente del presente.
¿Qué le importa a mi hijo quién fui yo?, ¡ni madre!, él me necesita ahora, en lo que soy ahora.
Mateo tiene la habilidad de sacudirme de las divagaciones melancólicas y mandarme una alerta de que no hay otra cosa más importante que respirar en el aquí y no en el allá.
Aunque a veces siga siendo un necio y crea que el pasado fue mejor.
Hello world!
Hace 3 meses
1 comentario:
wow! me encanto eso de hay dias que vivo de la nostalgia , muy cierto
L
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