jueves, 29 de noviembre de 2012

Carita pobre

El cine está lleno de lo que está llena la vida. Y la vida también está llena de lo que vemos en el cine.

Entre las cosas que abundan en ambos medios, el real y la ficción, están los caritas pobres. Un carita pobre es, como su nombre lo dice, un tipo que es atractivo, pero que no tiene dinero para comprar cariño ni lugares en las primeras filas en los conciertos de Luis Miguel.

Personalmente creo que es muy sano ser un carita pobre en algún momento de tu vida, especialmente en la adolescencia o en la juventud temprana. Yo lo fui y espero que tú lo hayas sido. Los güeyes que crecen sin haber sido caritas pobres suelen ser muy mamilas. Además, a las mujeres les encanta la sensibilidad de un carita pobre (les encanta, pero rara vez se comprometen con uno).

El carita pobre es creativo por necesidad. El ajuste económico lo incita a planear citas románticas en lugares donde la entrada es libre: esquinas, parques, escaleras, balcones, techos, postes de luz, miradores y espacios por el estilo. La chica dirá: ¡qué original eres!, pero la realidad es que más le vale al carita pobre aplicar eso de que lo mejor de la vida es gratis.

¿Cómo te conviertes en un carita pobre? Muy sencillo. Te enamoras de una chava que percibes como amor imposible-posible. La haces reír, la llenas de detalles y le regalas dos o tres momentos inolvidables. Luego de semanas o meses filtrándote en su vida, sientes que es buena idea preguntarle si quiere ser tu novia y recibes a cambio un "te quiero mucho, pero te quiero como amigo". Al día siguiente te haces alcohólico, le hablas feo a tu abuelita, pasas los próximos años de tu vida descifrando en dónde estuvo el error, te identificas con puras canciones grises y finalmente te acostumbras a vivir con esa tachuela en los intestinos hasta que veinte años después te encuentras en el súper a la ex chica de tus sueños, ahora ya muy ancha de cadera.

No por lo anterior el carita pobre es un hombre amargado. A veces, el rechazo a tan tierna edad lo lleva a conocer el lado oscuro e interesante de la Tierra. Además, siempre hay pretty cenicientas que sí valoran al carita pobre y son éstas quienes terminan por disfrutar la riqueza sin ceros de éste.

Todo esto viene a excusa porque fui a ver Las Ventajas de Ser Invisible y me gustó mucho porque retoma el tema del carita pobre. A continuación, presento siete importantes exponentes del género .


 CHARLIE
A finales de los años 80 y principio de los 90 los caritas pobres de Pittsburgh (y de Monterrey) tenían dos opciones: intentar encajar entre los populares del colegio (cosa que no sucede si no tienes dinero o palancas sociales) o convertirte en "alternativo" y relacionarte con los "diferentes". Para esto último era básico aprenderte alguna canción de The Smiths. Charlie se enamora de Sam (Emma Watson) y ella de alguna manera también se enamora de él (cosa muy típica entre los caritas pobres que conquistan a sus presas, pero nunca lo suficiente). Las Ventajas de Ser Invisible es una muy buena película. Entre otras cosas, nos recuerda lo increíble que era la vida sin celulares y sin internet.
  
 
 KEVIN
Éste es el carita pobre por excelencia de las series de televisión. Todos los que disfrutamos Los Años Maravillosos pensamos/fantaseamos que la vida de Kevin está inspirada en nuestra vida o en la vida que nos habría gustado tener. A los 40 años se nos pueden olvidar muchas cosas que antes nos gustaban, pero si alguien menciona el nombre de Winnie Cooper paramos la oreja y agachamos la guardia. 
 
 
 KEITH
A este carita pobre le va muy bien porque su maestra de beso es Watts (Mary Stuart Masterson), que la neta es la tomboy más chula de los 80. En Some Kind of Wonderful este pelirrojo con la típica mirada de un carita pobre se clava con Amanda Jones (qué gran nombre para una rompecorazones), interpretada por Lea Thompson, que después se convirtió en la mamá de Michael J. Fox en Volver al Futuro.
  
 
 LUCAS
En los 100 minutos que dura La Inocencia del Primer Amor vemos cómo Lucas se vuelve loco. De ser un niño al que le apasionan los insectos y la ciencia se coloca en el peligroso puesto del "mejor amigo" de la chava que le gusta. Pierde la batalla del triángulo amoroso frente a Charlie Sheen (quien a esas alturas todavía no se compra una casa en Malibú). Lucas se mete al equipo de futbol americano y no cacha el pase que le podría dar la victoria a su equipo, pero igualmente se gana el cariño de su prepa. La película termina con el ahí inaugurado Aplauso de Lucas, que es un aplauso que inicia con una sola palmada y termina con cientos. Un dato adicional: Winona Ryder anda por Lucas, mientras (a esa edad) todos andamos por Winona.
 
 
 TROY
Otra vez Winona. Troy disfraza su cariño con cinismo y teorías existencialistas. Se roba chocolates del puesto de revistas en donde trabaja sólo para darle en la madre al capitalismo, según él. Reality Bites consigue sacar de Seattle la esencia de los 90 y se la lleva a Houston. Confieso que dejé de lavarme el pelo durante una semana para lograr el peinado graso de Troy. Este carita pobre tiene final feliz y por eso ahí se termina la película porque no hay carita pobre que combine con la felicidad (así de plena, no).
 
 
 TOM
No te quiero decir te lo dije, pero te lo dije: ella no te ama. Es más, ella misma te lo dijo, fue muy clara contigo, pero tú, tan carita pobre, no le hiciste caso a lo que ella te dijo sino a la química que los dos tenían cuando estaban juntos y fluían. Lo que le pasa a Tom en 500 Días con Ella le pasa a muchos caritas pobres que por más que sepan que no los quieren, se dejan llevar por su necio instinto. Tom se hace entrañable e inolvidable en el corazón de Summer, pero de eso a querer casarse con él, es una mayúscula diferencia. 
  
 
 RONALD
Único carita pobre con billullos de esta lista. Todos sus ahorros (mil dólares) eran para comprarse un telescopio, pero mejor se los da a Cindy Mancini para que ella pueda reponer un vestido que le estropió a su mamá. A cambio de este favor, el nerdsote puede andar con la porrista durante un mes. Cuando Ronald se hace popular se le acaba el chiste a su personaje, pero regresa a sus orígenes y termina como un carita pobre que arregla jardines con su chava de copiloto trepada en la cortadora de césped. El final de Can't Buy Me Love es tan feliz y redondo, que los caritas pobres de verdad la consideramos película de fantasía y ciencia ficción.
 

viernes, 23 de noviembre de 2012

Vuelta en U

Sigo felizmente perdido en el espeso bosque.

Una mujer me vendó los ojos y me dio varias vueltas como si fuera yo a pegarle a una piñata, pero en cambio, me soltó en ese jardín sin tope que es el amor.

Dos maneras hay de salvarle la vida a un hombre: librándolo de la muerte o ayudándole a que su existencia adquiera sentido. Esta mujer mía me salvó de la segunda manera, que es casi como si me hubiera salvado de la primera.

Yo quería que un piano me cayera encima, y ella me propuso que mejor lo tocara. Por así decirlo, porque la verdad es que soy nalga comprobada frente a los instrumentos musicales.

Entonces, les digo, sigo en esa peregrinación desde y hacia el amor, pero he descubierto que el amor, al menos el de pareja, se fertiliza mejor en la estricta privacidad de dos.

Por eso he cerrado el blog inspirado en mi mujer y he regresado a este sitio que me permite el vanidoso permiso de ventilar partes de mi vida sin comprometer lo que más amo.

Disculpen las molestias, los ires y venires, el juego a las escondidas en el que los he metido.

Por aquí nos vemos.

VIERNES MUSICAL.-