viernes, 23 de agosto de 2013

Back to skull

"Evita comer tortillas, porque el maíz causa dolor", me recomendó Celsa, especialista en espaldas.
"Por eso somos una nación que sufre", le dije sin saber qué decir.

Estamos al dos por uno: de la mano regresaron la nostalgia y la lumbalgia.

La terapia que estoy tomando es la de hologramas en las manos. Celsa toma un lápiz de metal y me va presionando partes en los dedos hasta que toca un punto en donde grito ¡hayjuesu pinche madre! Entonces, la tranquila Celsa, -que me da permiso de mentar madres mientras no vayan dirigidas a ella-, coloca su arma blanca en el punto de dolor y lo presiona durante tres tormentosos minutos.

Milagrosamente, mientras el dedo está hecho garras gracias al pulso de mi terapeuta, los dolores en mi columna se van sin despedirse.

Celsa me dice que sí tengo una lesión en la vértebra, pero que el noventa por ciento de mi contractura muscular es emocional.
(Ah, pinche emo de mí).

Otro día de estos reflexionaba con Mamá Matrix lo siguiente: tanto planetota que hay y yo no tengo ni un pinche techito para mí. Desde ese día ahorro y le prendo una vela al infonavit para que a corto-mediano plazo me mande un domicilio particular.

Por primera vez en mi vida adulta no tengo como prioridad encontrar, estar o amar a una mujer. En la más reciente de mis relaciones me enamoré muy hondo; hondísimo. Sé que a mis amigos (no a todos) les caí bien gordo porque estaba yo en un mundo rosa, chiflado y ausente de toda realidad (como el amor debe ser, cabrones).

Tengo poco más de cuatro meses practicando una improvisada soltería. Todavía no le hallo a esto de estar solo. Me apena darme cuenta de mis dependencias afectivas. Sin embargo, aunque la llevo despacio, voy en constante progreso.

Quiero techo propio, saber estar conmigo, saber estar conmigo y con mi hijo, leer mucho, escribir lo que pueda, continuar mi veto al alcohol y terminar de curar el moretón. Y allá, después, luego, más tarde, encontrar una compañera de vida, que se ría, leal, fiel, con bonitas piernas y que me mire como mira Rachel McAdams.

VIERNES MUSICAL.- Hay rolitas que cuando me las topo en el radio no le puedo cambiar aunque parezcan el soundtrack del Crucero del Amor. Al contrario, les subo más. Ésta que les comparto me gusta mucho. Buen fin de semana.