lunes, 25 de noviembre de 2013

Se7en

Hoy hace siete años los involucrados estábamos todos turulecos en el hospital esperando el primer grito de quien sería el llorón más simpático de aquél día. La madre del crío aguantó vara en un parto que duró 24 horas. Afuera del cuarto se ...montó un plantón estilo los maestros de Oaxaca, pero lleno de familiares y amigos cariñosos y amables. (Nene en primera fila). Ves a tu hijo nacer y ves a Dios. Con el tiempo entiendes el significado de la palabra "bendiciones", te acostumbras a maldormir y a oler poposes y pipises. La paternidad es entre otras muchas cosas una estimulante incomodidad. Ahí te la llevas entre culpas por jamás dar el ancho según las méndigas exigencias propias o ajenas, y ahí estás todo los días bañado de asombro porque el bebé abre los ojos y te sonríe. La forma más natural de volver a confiar en la especie humana es teniendo un hijo. Y ahora sí, de repente te importa mucho que el mundo sea un lugar mejor para ese pedacito de caos que nomás demanda comida, tiempo, bici y nintendo. Todo mi agradecimiento a la Maga por cofundar mi mayor tesoro. Todos mis besos de hoy son para Mateo, mi hijo, el más amado.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Vida corta

No está padre vivir tan rápido y tan poco. Una vida no basta. ¿Durar ochenta años?, ¿cien? Mi vida será apenas un aplauso entre la eternidad. La mayoría de los árboles que conozco seguirán de pie cuando mis bisnietos aprendan a leer y sea yo sólo un huésped vitalicio en el nicho de una iglesia. Puede que me sobreviva una foto o un recuerdo, pero cualquier puente peatonal durará más que yo. -Suertudo concreto-. Fuera del tiempo que he perdido sacando un trámite burocrático (la cartilla militar, por ejemplo) o el que he invertido buscando la aprobación de alguien, todo lo demás ha valido la pena vivir.

jueves, 14 de noviembre de 2013

viernes, 8 de noviembre de 2013

No es de cristal, pero sí es transparente

Mateo es un niño feliz, bromista, animalero y muy distraído. Le cuesta trabajo enfocarse cuando hace la tarea y por eso cada día la termina en tiempos extras. Todo el rato quiere jugar, invitar amiguitos, construir legos, andar en bici, subirse en el toro mecánico de mis piernas o recibir cosquillas. No es el más aventado de los niños, es precavido, en ocasiones tímido y hasta penoso. Se la pasa chiflando. A veces saluda y a veces no; igual se le van las cabras o puede fijarse en detalles minúsculos. Da cariño, pero nunca empalaga; tiene un precioso corazón, pero no es el niño altruista que la onu estaba esperando. Le gusta esconderse, que lo asustes, que lo cargues, que lo sorprendas. Te corrige si te equivocas, te taponea si lo ameritas. Cuando se frustra se le enrosca la boca. No le desea el mal a otros niños, no golpea, no agrede, no conspira. Mateo es un niño que se adapta a los cambios, que ha lidiado con su propia guerrilla, que ha digerido la "y" griega, y que va transitando en dos caminos paralelos que no se juntan. Mi hijo ha estado por arriba de las circunstancias sin que ello quiera decir que ha estado exento de sufrimiento. Todos los días pido a mi madrina, María, le conforte su corazón, que Ella entre en esos probables huecos de dolor que mi niño quizá todavía guarda y que lo ilumine para que sea cada vez más fuerte. Dicen que uno tiene que estar bien para que el entorno y los demás puedan estar bien. En mi caso, si veo que mi hijo está bien, yo me siento bien y me dirijo a lo mejor. Mateo no es un niño de cristal, pero sí es transparente.