jueves, 17 de enero de 2008

Secsi VII

Hoy al mediodía estaba muy a gusto comiendo unos taquitos de tuétano en la cantina "Mi Pequeño Bacarat", ahí en Juan Ignacio Ramón, cuando de repente entró mi amigo, ése que se llama como yo y que nació el mismo día que yo.

El pobre venía muy triste porque ayer fue a su primera reunión de Alcohólicos Anónimos, pues ha decidido dejar de chupar este año.

Luego de pedir un vaso de agua mineral, mi amigo levantó los ojos, y con acento resignado me sacó plática.

-"Todas las borrachas que se quieren rehabilitar están bien feas, hubieras visto a mis compañeras de ayer, todas panzonas, arrugadas, despeinadas, con la voz aguardientosa y medio chimuelas"-, me dijo.

Yo le contesté que no se precipitara, que debe haber por ahí una borrachita que esté de buen ver como Lindsay Lohan que va cada semana a las reuniones de AA en Los Ángeles porque le encanta levantar el codo para brindar.

- "Si las ex borrachas de aquí estuvieran tan buenas como las de allá, yo dejaba la tecate de por vida-, juró mi amigo y me arrebató el último taco que me quedaba.

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