miércoles, 5 de marzo de 2008

¿Te acordás, pibe?

Cuando me dijeron que se había caído el sistema de Mexicana pensé lo peor. Luego me di cuenta que el resbalón sistemático me había beneficiado, pues gracias a eso me tocó asiento en primera clase. ¡Sí!, a los ciudadanos de segunda también nos pasan estas cosas.
Pues hay tienen que viajé a Buenos Aires como rey, con las piernas bien estiradas, bien comido y perfectamente bien atendido. A ver si luego me extiendo en esta experiencia de viajar como una de las Hilton, pero por lo pronto apenas tengo tiempo de meterme a saludarlos.
Mis primeras impresiones de la capital argentina son las siguientes: ciudad de enormes árboles, de anchas banquetas en donde dueños pasean a sus perros (y viceversa) con una soltura que aún no he visto en mi atropellante Monterrey. La avenida 9 de julio, la más ancha del mundo según nuestro chofer, es una experiencia urbana fuera de serie. Sí, es cierto, hasta ahora Buenos Aires se ve como la ciudad latinoamericana más europizada, pero no nos emocionemos tanto que también tiene unos suburbios en los que te sientes en el peor lado de Aguascalientes, Torreón o Reynosa. Es decir, Buenos Aires se me presenta tan bella y tan rascuache como cualquier parte del mundo.
Un detalle importante, el jueves se enfrentan Atlas y Boca Juniors, espero encontrar boletos y si acaso voy, también espero salir vivo del estadio. Seguiré informando, ya me voy, me traen en chinga...¡auxilio!

1 comentario:

Anónimo dijo...

JAJAJA POOBRE DE TI PRIMO!! BUENO AHI TE COMES UN BUEN BIFE O CHURRASCO JAJA UN BESO Y UN ABRAZO. BUEN VIIAJE