lunes, 5 de mayo de 2008

Eva tentó a Adán (otra vez)

Hoy me hubiera gustado hacerle mucho caso a mi mujer.
Habíamos terminado de comer.
Yo andaba con la panza en forma de gota porque me serví tres veces.
Los ojos me ardían de sueño.
Voltee a ver el reloj de la cocina.
Faltaban 15 minutos para las tres.
Me llevé las manos a la cabeza y exclamé:
- Chingado, ya me tengo que ir a la oficina porque tengo un chorro de trabajo-.
- ¡Pues no vayas!-, me aconsejó la Maga con unos huevotes que ya los quisiera para mí.
No le hice caso, aquí estoy sentado en mi cubículo con mucho trabajo y con muy poca voluntad.

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