domingo, 27 de abril de 2008

Niños necios, oídos sordos

La otra noche fuimos a cenar con nuestros compadres, en total éramos cuatro adultos y tres niños. Aunque los "pequeñines" eran minoría consumieron toda nuestra energía. Hagan de cuenta que era el Moco Fest: uno lloraba, otro hacía berrinche debajo de la mesa y otro más pataleaba desde su sillita. Una chulada de velada. Comimos con prisa, en varios tiempos, turnándonos y casi sin interactuar unos con otros por andar pastoreando a la descendencia.

Algunas personas en el restaurante nos volteaban a ver con cierta compasión, pero la mayoría nos quería sacar a patadas con la pura mirada, pues obviamente les estábamos estropeando su cena.

Hace tiempo una amiga soltera me sugirió que escribiera acerca de los papás fodongos que dejan que sus hijos chiquitos echen desmadre en algún lugar público. Cuando me lo dijo, recordé que antes me molestaba mucho eso, que un niño gritara, pataleara, hiciera berrinche o cantara cerca de mí, y más coraje me daba si sus papás no hacían nada. Yo era de los que entraba a un avión y si veía niños cerca me cambiaba aunque quedara hasta el fondo, a ladito del baño. Yo podía soportar todo en un vuelo, turbulencia y la madre, todo menos caos infantil.

También me desesperaba mucho estar en un Chili's y que un mocoso se asomara por el respaldo de mi asiento y se me quedara viendo, ¿qué chingados quiere este niño?, ¿dónde está su mamá?, ¿quién responde por él?.

Pero ahora eso no me molesta por obvias y "mateas" razones. Te conviertes en papá e inmediatamente te acostumbras a vivir en el ruido y por eso, o haces concha cuando ves que tu hijo está a punto de volver locos a los demás, o la verdad ni te das cuenta.

El pediatra no te dice que saliendo del hospital te llevas no sólo a un bebé envuelto en sábanas y a una señora gorda que solía ser tu esposa y que ahora camina como si acabara de bajarse de un caballo percherón. ¡No!, además de eso y de una deuda soberbia y de un chingo de regalitos y de globos que no te caben en la cajuela, te llevas a casa un par de filtros auditivos invisibles y una buena dosis de tolerancia hacia el bullicio de kinder en hora de recreo.

Viviendo con uno o varios niños te vas acostumbrando a escuchar sonidos desagradables 24 horas por 7 días, todos los juguetes hacen escándalo, cantan, hablan, o producen ruido al caerse o al golpearse. A ver, les hago una pregunta a los que tienen hijos, ¿recuerdan a qué sabe el silencio?, ¿verdad que no?

Ésa es la GRAN diferencia que hay entre los solteros o parejas sin hijos y los que ya somos papás. Se oye egoísta pero yo no puedo pedirles perdón a los que se molestan si Mateo anda insoportable, porque tendrían que vivirlo para darse cuenta de que un poco de desmadre nunca es demasiado. Claro, también hay papás (detestables) que se hacen mensos y permiten que sus mini terroristas hagan lo que quieran, incluso que maltraten a otros niños. Pero lo que aquí quiero explicar es que yo era muy intolerante a los niños (quietos o inquietos) y ya he desarrollado inmunidad auditiva.

Por supuesto que estoy consciente cuando Mateo empieza a incomodar el ambiente y trato de evitarlo, pero por otro lado me vale un poquito madre porque vivo el caos desde adentro. Es una de esas situaciones (¡otra!) difíciles de explicar.

Lo raro es que ahora me molestan otras cosas, por ejemplo, que los baños públicos no tengan un lugar para cambiar pañales, o que la gente fume en un parque cerca de mi hijo, o que en los restaurantes no haya menú para niños o periqueras disponibles. Pero ahora si veo una estampida de mocosos corriendo hacia mí ya no me arrugo y en los vuelos me duermo con todo y bebés detrás de mí; las piñatas ya no me aturden.

Me he habituado a la chiquillada, y en cambio me dan flojera los antros llenos de gente. En conclusión: voy derecho a ese destino infalible de convertirme en un señor, si es que no lo soy ya.

P.D. Ya encontré mi celular...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

ES QUE ESTA CABRON ESTAR AL PENDIENTE DE ELLOS AL SEGUNDO ....AL DIA DE HOY YO APLICO LA TEORIA DEL VALEVALE, QUE EN U PASADO CRITICABA A MIS HERMANOS, HOY ES PARTE DE MI ESTILO EN LA TOMA DE DECISIONES....POR CIERTO , TE FELICITO POR HABER ENCONTRADO EL APARATO POR QUE EL NUMERO SIGUE PERDIDO DE TU CELULAR...HE ESTADO HABLANDOTE PARA PASARTE LOS PORMENORES DE LA JUNTA DE REGIO73 Y NI MADRES....SI PORFAVOR ME MANDAS UN TELEFONO DONDE SE TE PUEDA ENCONTRAR....SALUDOS

Pia dijo...

donde estaba ???!
cunis ya sabes q yo por anos entrene para ser mama (nanny), pero como los cabritos no eran mios se portaban muy bien, namas les hechaba una mirada laser y haste e acababan el brocoli. en cambio cuando estaba la mama presente parecian animales salvajes!
Nada mas dejamelos unas dos semanas en mi campamento nazi... pero se q pagare cuando tenga los mios... me voy a tragar mis palabras.. lo se...lo se.....

Anónimo dijo...

Ni digas!!! que vengo de un vuelo de 20 horas con Gabriel que esta en sus terribles 2.
Imaginateloooooooooooo

asi me siento yo como tu explicas, soy una Sra. entonces :-P

que raro se oye

saludos,
L

Tania G. Balleza Tahuil dijo...

¿recuerdan a qué sabe el silencio?, ¿verdad que no?

yo si recuerdo, por eso lo disfruto mucho cada que lo tengo. Y te he de confesar, que aunque tengo a mi nena, aun me siguen disgustando las piñatas (fiestas infantiles).