lunes, 21 de abril de 2008

Miedo en lunes

A quienes hemos visto de cerca la belleza de Dios, el demonio nos juega chueco aventándonos su arma más contundente: el miedo. Es justamente ahí, cuando estamos más felices y en paz, cuando satanás se presenta con su discurso apocalíptico y nos dice: "No te emociones con lo que tienes porque te lo puedo quitar cuando yo quiera".

Y entonces yo (no sé ustedes) me convierto en un hijo pródigo moderno que regresa con el Padre a suplicarle que por favor la felicidad, la salud y la paz le duren mucho tiempo. Y entonces, ándale cabrón, no que muy alejado de la Iglesia, no que ya no rezabas, no que muy salsita, no que muy new age, no que todo es relativo, que a lo mejor pecas por acá pero eres "bueno" por allá y entonces equilibras la balanza, ¿no que tú pones tu propia escala moral?

Disculpen el debate psicoteológico que traigo este lunes, pero es que desde que soy papá le zacateo más al diablo, al miedo.

Ayer Mateo acarició a una leoncita y a un canguro, le dio de comer a una zebra y puso su bracito para que un cotorro se posara en él. Además cargó a un conejito, tocó a un venado y le dio de comer a los patos (foto). Todo lo hizo tierno, emocionado, incrédulo.

Acostumbrado a tocar el pelaje de Ramona, Mateo fue descubriendo que hay otro tipo de textura animal, de garras, de pezuñas, de cacas y de ojos saltones como los del camello. Bajo un sol de 37 grados a mi hijo, (el primero pero quizá no el último), se le fueron poniendo rojos los cachetitos, pero siempre sonrió asomando sus dientes cuadrados que parecen cuatro chicles adams. Esa sonrisa es la que quisiera tatuarme en la espalda para que el diablo se quede helado si alguna vez quiere apuñalarme.

Además de conocer la fauna poposienta del zoológico Xenpal, Mateo comió su primera paleta helada ayer, una Hielati que empezó siendo de fresa, luego pasó por el sabor limón y terminó como de uva. Mi niño-bebé no habla todavía, pero cada vez que se le antoja algo dispara un gemido para suplicar que le des de lo que comes. Junto con la paleta probó unos Tostitos salsa verde, o sea nutrición de punta.

Nuestro domingo había empezado tarde. A la hora de la comida visitamos a nuestros amigos Doña Kika y Don Chuy, chefs y administradores del Rincón de García. Ellos son como nuestros abuelitos postizos, ella va para los 81 y él tiene 74, y cocinan con madre. Los conocimos porque antes tenían una fondita en La Fama, cerca de nuestra casa, pero se mudaron a Villa de García porque la gente de Santa Catarina acostumbrada al taco de barbacoa y al pollo asado no apreciaba sus recetas.

A la Maga y a mí nos dio tristeza que nos dijeran que estos son los últimos días que tienen el restaurante en Villa porque en unas semanas se van a vivir a Tampico con su hija.
-"Ya estamos muy cansados, ya nos hicimos viejos, Eugenio"- me dijo Don Chuy con esa sonrisa por la que siempre sale un aliento cervecero, esa sonrisa chueca de la gente de a caballo, como se autodefine él. Luego de comer delicioso nos despedimos de nuestros amigos "los viejitos" y fuimos a Xenpal para que Mateo conociera que además de sus padres y de Ramona hay otro tipo de animales y pasó lo que ya les conté más arriba.

De regreso a la casa se apoderó de mi conciencia la idea inconfundible de que estaba feliz y otra vez estuve agradecido con Dios, pero en la noche sentí miedo, pavor. Me aterra perder lo que tengo, que algo le pase a mi familia, me preocupa la violencia, el mal humor que impera en la ciudad, la enfermedad y que se derrumbe mi orden hecho de papel. Por eso quiero estar más cerca de Dios, regresar a Él. Ya me di cuenta que solo no se puede, y que cuando crees que puedes la verdad es que tu bienestar está pegado con saliva y que el demonio siempre estará contento de que caigas al sistemático juego de poderes, en donde nunca le ganas, pero que como "premio" de consolación te regala tu autodestrucción.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tal vez sentir miedo de vez en cuando no es algo tan malo, a veces es como un recordatorio para que valoremos, apreciemos cada momento, no crees?
Es tan facil terminar preocupandose por cosas insignificantes y no valorar lo que se tiene. Creo que cuando uno tiene hijos esas preocupaciones y miedos incrementan, uno se preocupa mucho pero lo mejor es tratar de concentrarse en el hoy y
tener siempre presente a Dios :-)
Saludos,
L

Anónimo dijo...

AHHH y que buena musica escogiste para hoy :-)
Amo a Sigur Ros
saludos,
L

Anónimo dijo...

......Si yo estoy con Dios, quien contra mi?
asi que, ánimo, estar en constante oración te hace fuerte.
yo apenas lo voy descubriendo, y creeme te sientes protegido.

Anónimo dijo...

YO TAMBIEN CREO QUE SENTIR MIEDO A VECES NO ES TAN MALO...ES UN MECANISMO PARA ESTAR SIEMPRE ALERTA....YO LOS LUNES ES DE MUCHO MIEDO Y EL MARTES EMPIEZAA LA DUDA...PERO HOY SIGUIO EL MIEDO POR DOS MOTIVOS...UNO > AYER NOS ENTERAMOS QUE EL SABADO SECUESTRARON A LA MUCHACHA QUE NOS AYUDA EN LA CASA Y PUES POBRECITA DE 16 ANIOS LLEGO TARDE Y TODA CUCKI Y DOS..................ACABO DE ABRIR EL SOBRE DEL ESTADO DE CUENTA DE LA TARJETA Y ME DIERON GANAS HASTA DE GUAAAAACCCCKKKKK!!!!!
LA UNICA MANERA DE SENTIRTE COMODO EN ESTA VIDA ES ESTAR DE BUENAS CON EL PATRON....LO DEMAS SE ACOMODA SOLO

Anónimo dijo...

Si sentimos miedo, es porque tenemos algo que perder.

.saludos

Luis