sábado, 16 de agosto de 2008

Hola, C-3PO

Ya se me había olvidado cómo duele una inyección hasta que ayer Elena me bajó el calzón al nivel de la rayita, (así como usa el traje de baño el casi chimuelo de Michael Phelps), ¡y riájales!, ahí te va tu agujón. Sí lele.

No es gripa (o gripe, como quieran); estoy contracturado de la espalda que es peor, porque mi síntoma es andar caminando como C-3PO en una ciudad acostumbrada a correr, a la prisa.

Para que se den una idea, me desplazo como cuando traigo diarrea y de pronto siento que se me sale el contenido neto y "vuelo" al baño frunciendo las nalgas, paso a pasito (¡papasito!). Como si hubiera amarrado las citas de mi zapato izquierdo con las del derecho. Y todo por no calentar antes del entrenamiento del jueves, por cierto, ¿hacer el amor (aunque sea sin el amor) sin calentar también tiene sus riesgos?, yo digo que para eso sirve el faje, ¿no?... ya me desvié.

Volviendo al tema, soy un semi héroe, porque con todo y mi inmovilidad parcial ayer me fui a trabajar muy salsota y fue allí donde subrayé que este país, al menos esta ciudad, no tolera a los lentos.

¿Quién no se desespera cuando un correo electrónico tarda en abrirse o cuando una página de internet se eterniza al desplegarse o con el pobre anciano del Datsun amarillo de adelante que no arranca a tiempo cuando el semáforo ya está en verde? No nos gusta esperar.

Además, lo peor de andar contracturado en la vía pública es que no traes muletas ni silla de ruedas ni collarín ni un pinche curita, así que cuando te ven caminando como sonámbulo de ojo abierto la gente te hace cara de qué pedo, qué traes o qué, y entonces sueltas el discurso bien aprendido de lo que te sucedió sólo para notar que, con justa razón, al prójimo le vale un arroz tu salud, pues lo que realmente le importa es alcanzar al elevador porque ya se están cerrando las puertas y... tú esperas al que sigue, gracias.
Los lentos estorbamos.

Pero bueno, como les decía al principio, ayer por la noche saqué mi nalguita peluda (Pie Grande es un jodido lampiño) y Elena, la enfermera amable, me penetró (albureros, dense vuelo) un producto con alto contenido de naproxeno, hijo menor del proxeneta. Además ando empastillado. Ahí la llevo.

Una posdata: El doctor que me atendió decía "aiga" en vez de "haya", pero como quiera confié en la interpretación que le dio a mis radiografías. Le creí, pero espero que no aiga pasado su carrera de Medicina sobornando al director, o más gacho, acostándose con él.

Otra posdata: Ya camino mejor, gracias por preguntar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Eugenio, el de las nalgas peludas?
jejejje
cuidate...
Poco a poco y sin sentir, sin albur eh, ya te empezamos a conocer todito.

Lourdes dijo...

Que risa! digo no que asi andabas pero si es cierto eso de que como no traes muletas o silla de rueda la gente se te queda viendo con cara de y a este loco que le pico!! jajaja
Q onda con el Dr. se avento no se cuantos años estudiando medicina (al menos espero) y dice aiga, no se si me da risa o miedo jajaja

Q bueno q ya estas mejor
saludos,
L

Lau dijo...

pobre!!! es horrible!!! un dia se me ocurrio hacer una postura de yoga sin " calentar " y me quede toda " torcida" espero que te recuperes muy pronto! y no te preocupes por tu dr. que dice aiga :s yo tenia un maestro en la universidad que decia otra " otción" en vez de opción, le haciamos burla y deciamos que su canción era yo soy setsy setsy setsy jajaja
buen inicio de semana!