miércoles, 4 de febrero de 2009

Desviaciones épicas

Cualquier caballero que rebase los veintiquince años y haya abierto un pañal con diarrea aprende a extrañar los cacahuatitos y la lager de una barra. Las demandas de los hijos hartan y nos obligan a echar de menos la risa con la urgencia de un velador esperando el amanecer. Esa risa con amigos, que va de cero a cien, entendida como el primer trámite firmado antes de montarse en el desapego de los pagarés; esa risa que es la huida de otras tantas cacerías hipotecarias.

Luego de un rato(te) los amigos también empalagan, sobre todo si empiezan a hablar de golf, y entonces se añora de lejos a los hijos y al caos con apellido. Inexplicablemente o con explicación sobrada, uno extraña estar entre los muros de su reality sin cámaras. Sí, cuando la raíz estira no importa que los pañales sean kinders sorpresa nauseabundos. No vuelves a estar contigo mismo hasta que te encuentras frente a la peste y el atarante de separar las toallitas húmedas a mano alzada.

Más tarde, a horas que no son horas, te acuestas con ella que está más agotada que tú y que supone que tú te la pasas súper chispa. En ese momento de silencio quisieras tener la imaginación suficiente para contarle las aventuras del Príncipe Eugene Van Huggies Etapa Cinco, quien con su escudo bien humectado y un temple sin alcohol y sin aroma, conquista a diario la tierra del mojón con elotitos. Pero a esas horas no hay iniciativa en la narrativa ni ganas bajo la piyama.

Te acuestas como feto dando la espalda a tu mujer. Otro día se te acaba y tú sin decirle que allí estás, y que aunque extrañas tener el tiempo y el espacio del llanero solitario, tu reino comparte terreno y ríos y siembras con el suyo. Ella, desde su lado de la cama, también extraña sus años de soltera y ahora siente deshojarse como una princesa desterrada.

20 comentarios:

tOnYtO dijo...

Excelente post :)

Lau dijo...

que miedo tener hijos :s

Lau dijo...

hasta aqui me llego el olorcito :s

Ek dijo...

sep, asi es la cosa. Quisieras correr, pero único hogar y sentido esta precisamente alli. Ahora imagina hacer todo solo.

Ontobelli کτγℓع dijo...

Definitivamente prefiero morir soltero y sin hijos. XD

Anónimo dijo...

y despues de limpiar aquello que jamas imaginaste ni en tus peores borracheras, te encuentras con una sonrisa que borra todo lo que acabas de oler y que te da las gracias por haberlo dejado como nuevo

Tabita dijo...

Wow, entre Mateo y fotografiar novias no se cuál me cagaría más la vida. Supongo que Mateo da besitos ricos así que opto por la segunda.

Jesse Leyva dijo...

princesa desterrada..... hoooo...
=(

Anónimo dijo...

Hola Eugenio!
No te voy a negar que las "princesas detesterradas" (ocasionalmente) extrañamos la lejana (en mi caso) soltería, sin embargo el Reino Actual es mucho más divertido y sobre todo gratificante!

Me encantó el Post :D

Lu.

Cabrón Insensible dijo...

Pero nomás ve la cara de angelito del chamaco que engendraron.

Anónimo dijo...

me dio tristesita el final, pero capto que lo que quieres decir es que finalmente todo el sacrificio a los hijos vale la pena....no?

NTQVCA dijo...

Un toquesito de pies, a veces ayuda.

Anónimo dijo...

Perooooooooooooooooo
a pesar de todo, vale la pena vivir en pareja y con huercos...

Porque que sería de nosotros el dia que los niños se vayan de casa?

si se han quedado sin hijos, un fin de semana, al inicio es delicioso el silencio
al cabo de un día sin ruidos ni gritos, eso se vuelve ensordecedor.

Las fantasías de las mujeres casadas tambien incluyen delirios de soltería animada. Donde tu mayor obligación era llegar no muy tarde a casa.
pero hay que saber vivir al momento

bueno ya, es mucho choro
saludos E!!!!

Janus dijo...

Y tu post es una razón más a favor de realizarme la vasectomía a mis escasos 22.

Anónimo dijo...

snfff...
voy a chillar...
y mira que mis talibanaes ya surcan otras etapas...
pero yo, pero yo... snfff
ayyyyy

Anónimo dijo...

YO VEO A MI HERMANO, SOLTERO A SUS 48, SIN PEDOS, CON LANA EN LA CARTERA, SIN TENER QUE PEDIR PERMISO NI PERDON, PERO CON UN SR.TRISTAN INTERIOR, DE SABER QUE NO HAY NADIE ABAJO DE EL QUE LO SOPORTE Y DIGO CHINGUE A SU MADRE, LO MEJOR QUE ME HA PASADO ES SER PAPA!!!!!!.......PERO TAMBIEN CREO QUE DEBEMOS DE EQUILIBRAR EL COTORREO, DEBE DE HABER SU RISKO, SU SALIDA,SU CONVIVIDA, SU MANZANA Y SU MAROMA PORQUE SI NO CHUPAS FAROS...

Ñets dijo...

Muchas gracias a todos por sus opiniones.

Este texto generó comentarios por varios lados, eso me gusta, porque quiere decir que me leen personas con distintos puntos de vista.

Lo peor de escribir un post es tratar de explicarlo en el área de comentarios, por eso no explicaré nada, pero sí aclaro que no fue mi intención debatir entre las (in)conveniencias de tener o no tener hijos.

El tema no me asusta. Respeto y quiero a gente que me ha argumentado su rechazo de cargar con las "jorobas" de la paternidad/maternidad. Yo mismo los he felicitado por esa decisión de no tener hijos que es mucho más aplaudible que tenerlos al chile con el pretexto de que son una "bendición".

El texto intenta reflejar una realidad que, creo, compartimos los que somos papás. Una realidad dura que no sale en las fotos bonitas de las piñatas.

Hablo de la joda a la que uno debe someterse para cuidar a los hijos sin que por ello se descuide el matrimonio. La joda de todos los días que vive pegadita a la dicha de todos los días.

Un conocido me decía que él quiere tener no uno sino dos, tres, cuatro o cinco hijos porque le ha ido tan bien con su primera bebita que no puede negarse la felicidad de tener más. Obvio que este conocido tiene mucha lana, dos sirvientas y una enfermera de tiempo completo que lo deslindan a él y a su mujer de cambiar pañales de por vida. Qué bien por ellos, pero ésa no es mi realidad.

He visto también parejas que con dos o tres hijos y sin mucha ayuda la arman -aparentemente- a toda madre. Bien por ellos también.

La realidad de la Maga y la mía es otra. A nosotros nos ha costado trabajo la adaptación, pero tampoco le sufrimos tanto, no es como para hacerles aquí un dramón.

Ni el matrimonio ni la paternidad ni la soltería son la tierra prometida. Cada una de estas condiciones tiene sus jorobas y la felicidad, creo, consiste en ser coherente con lo que has decidido que es para ti.

Sin embargo, esa coherencia permite darse espacios para gritar en un post que estás cansado de las demandas de tu hijo sin que ello le quite un gramo de amor hacia él. Es sano gritar escribiendo que extrañas a la novia que te robó la esposa, como ella extraña al novio que fue abducido por un marido.

Y ya. Mucho rollo. Gracias por sus visitas.


Ñ.

Kózmica dijo...

Tu post me llegó un buen. Ha habido tiempos en que me siento así, con ganas de volver a lo de antes, pero otras tantas (como ahora) en que me gusta mi vida de casada...

Me dejaste pensando...

Excelente post ;)

Unknown dijo...

Es verdad eso que dices. Yo ando dándole vueltas y me putea que la realidad del cansancio se pueda convertir en rutina. De todas maneras, a veces le toco una teta a mi señora y digo: "¿Qué talla gastas ahora?". No sé si lo entiende.

David dijo...

A mí no me hizo mella la parte de los hijos, tal vez porque no tengo aún, pero sí la parte final del dormir como feto dando la espalda.

Si alguien tiene buenas ideas sobre de qué se puede hablar más allá del "cómo te fue mi amor", compártalas por favor!