Estoy sentado sobre una alfombra tupida de chicles añejos y quemaduras de cigarrillo que parecen galaxias distribuidas sin orden en el universo del ecoloco. Si fuera por mi nalga plana -que no sabe establecerse en superficies duras- yo estaría de pie, pero el protocolo no dicho de la gente a mi alrededor exige permanecer sentado con la mirada apuntando hacia un escenario iluminado tenuemente, a la usanza motelera.
A la derecha del padre veo los teclados de Kyke Serrano junto a los tambores de Quino Béjar. En contra esquina brilla la batería de Alex Tenas, hermosa y callada, junto al bajo de Carmen Niño que permanece en posición de cohete. Algunos micrófonos hacen guardia poco más adelante, pero nada más. La cortina negra detrás de los instrumentos es el tieso signo que pronostica una tocada con producción discreta, sin pantallas gigantes ni juego de luces. -Es perfecto cuando la buena música se defiende sola sin refuerzos ni recursos de boda-, pienso.
Son las siete de la noche del domingo, es decir, ya es lunes, pero algunas semanas tienen hoyos negros y las personas que ahí estamos reunidas nos dejamos abrazar por el engaño en tiempo y espacio que sucede cuando truenas la rutina de la semana haciendo algo divertido los domingos por la noche.
El concierto que me trajo hasta la alfombra rancia no fue publicitado ni por el periódico ni por la radio. Yo me enteré gracias a un columnista local de rock, pero de otra manera no hubiera sabido que JarabedePalo iba a tocar en mi ciudad luego de ocho o nueve años de su última y única presentación. A la cita de esta tocada no anunciada somos pocos los enterados.
De pronto se hace la oscuridad. Cuando los presentes nos ponemos de pie para recibir a la banda española yo despierto al albañil que en mi habita para soltar un silbido de lonchería... Pero nadie sale al escenario, al menos nadie conocido, pues sólo se acerca a nosotros un negro bien vestido que tiene la cara idéntica a la de Spike Lee y que ocupa su mano derecha en cargar un saxofón muy bien lustrado. El negro se llama Jimmy Jenks y sopla el instrumento con maestría cubana. Luego de un excelente preludio de viento aparecen los otros Jarabes capitaneados por el siempre despeinado Pau Donés.
Dos canciones después, el catalán agradece nuestra presencia porque esa misma tarde hubo futbol (los Rayados perdieron contra el América) y sabe que tanto los mexicanos como los españoles rara vez hacemos otra cosa cuando en la tele hay futbol. Dicho esto, Donés se cuelga una guitarra acústica para interpretar Depende y pues órale, a cantar que qué bonito es el amor, sobre todo en primavera y que te hace muy feliz que hoy sea el día de tu boda... Depende, todo depende.
Donés no es rebuscado como Saúl Hernandez ni poético como Joaquín Sabina ni alegórico como Gustavo Cerati ni surrealista como Andrés Calamaro; Donés es tantito de todos ellos, pero tiene a su favor una aterrizada personalidad que se agradece de abajo a arriba y de arriba a bajo. Uno no se siente su público, no existe esa puñalada mental de fanatismo, esa lejanía; uno lo ve a Donés como si hubiera cenado anoche con él, como si hiciera viajes con él para recoger a los niños del colegio, como si el ancho de sus hombros nos fuera familiar a punta de abrazos para festejar goles o años nuevos.
A mitad del concierto el cantante presenta Agua como una de las piezas más bonitas que haya compuesto en su vida y el resto le damos la razón con aplausos. Durante toda la canción el guitarrista Dani Baraldés se mezcla entre el público para intercambiar con las mujeres claveles por besos. -¿Cómo quieres ser mi amiga, si por ti daría la vida?-, cantamos.
Luego del momento romántico que no es tomado como cosa seria ni corta-vena, el jazz, la salsa y el blues de Dos Días en la Vida y El Lado Oscuro nos convierten a todos en remedos de Tintán; las seriedades se archivan para otra ocasión y el que se queda quieto corre peligro de convertirse en espantapájaros. El concierto pasa veloz, no me da tiempo de sudar la camiseta y yo pienso que por poco y ya es martes.
Sin aviso, el escenario se reencuentra con la oscuridad hasta que un rayo de luz dispara en la cara de Donés que desde Barcelona se trajo el alma del niño que fue para contarnos con música el día aquél que supo que su madre había muerto. Aunque por lo mismo, Mama puede confundirse con una canción triste, lo cierto es que se baila y se aplaude con alborozo. -Bendita tristeza alegre que tiene el flamenco-, pienso.
Los ahí presentes estamos ausentes saboreando la idea de gritar bajo del agua que la muerte ya vendrá. Sin embargo, ese grito contenido no se atomiza hasta que percibimos la entrada de Grita, cuyo coro nos obliga a montarnos en el desahogo y en el desinfle emocional. Las pantorrillas calientan en brincos, las parejitas se abrazan como si se debieran muchos desayunos a la cama y los meseros guardan sus tinas de Indio y Tecate para evitar descalabros.
Cuando termina Grita los siete que están encima del escenario espejean sonrisas con los pocos cientos que estamos abajo. Los JarabedePalo tendrían que saber que con su presencia y su música nos han fabricado un altísimo y ancho matamoscas para ahuyentar a las nubes negras que nos persiguen a cada uno en menor o mayor escala.
Ya con el recinto despejado de neblinas existenciales, la única que falta es una mujer de cien libras de piel y hueso, cuarenta kilos de salsa y en la cara dos soles que sin palabras hablan. La Flaca llega al último pero no llega tarde, es tan real que siento cómo me golpea las costillas -o la lonja- y se pone a mi ladito porque me tiene loquito y por un beso de ella daría lo que fuera, aunque solo uno fuera.
Donés y sus palos agradecen, prometen volver y desaparecen. Yo me quedo en la barra trasera esperando que el lugar quede vacío. Pienso, entre tantas cosas, que en este año de contagios el jarabe nos ha aliviado. Me voy de ahí, pero la flaca se viene conmigo.
TRIVIA.- ¿Alcanzan a escuchar mis gritos y mi chiflido de lonchería?
Hello world!
Hace 3 meses
13 comentarios:
Pues no pude identificar tu chiflido, te la pasaste bien!
supe que fueron a chihuahua y ahi si se publicito bien el concert, medio mundo posteo resenia en facebook..
Que chido y que envidia
ni idea del chiflido
claro!!!
apartir del segundo 17!!
que me gane???
un beso de Donés??
que envidia, me encantaria verlos y asi de intimo.
Jajaja, ¡muy bien Ann!
Qué buen oído.
Saludos a todos.
dime que me hiciste el honor de inspirarte en mi titulo de blog jajaj siiii?? un abrazo!!
p.d. todos tenemos un albañil dentro... si no, que seria de la vida!! que padre que te la pasaste bien ;)
POR ESO EL GRITO DE A HUEVOOUUUU!!!! NUNCA DEBE DE FALLAR EN UN EVENTO DE ESTE TIPO>>>
FLACO HAY TRES CONCIERTOS QUE ME URGEN:
MAESTRO CALAMARO
COUNTING
Y JARABE DE PALO...VINIERON, SUPISTE Y NI SIQUIERA UN PINCHITO MAIL DE ADVERTENCIA!!
QUE OJETE!!!!!
Increíble, en el segundo 17 y termina casi en el 20. Buenos pulmones, saludos = )
Que buena tocada... de las mejores ya que le tengo mucho cariño a Jarabe...
saludos
HG
Que buena tocada... de las mejores ya que le tengo mucho cariño a Jarabe...
saludos
HG
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