miércoles, 18 de noviembre de 2009

Cartas al profesor II: ¿Mártir del sistema?

9- Septiembre-1994


YO ESCRIBO.-

Cada chango a su mecate.
Aquí se rompió una jerga, cada quien se va a la erga (sic).
¿Por qué no es fácil ponernos a llorar con las imágenes de la guerra en Bosnia? ¿Cómo mido la facilidad que tengo para hacer como que no veo cuando alguien me pide una limosna? ¿Alguien se conmueve todavía con los que piden "para un taquito"?

¿Valdrá la pena crecer? Ser una esponja que colecciona información, pero que no se detiene a valorar, analizar, compartir, amar.

¡Paso tanto tiempo en las avenidas!

Alguna vez fue mejor ser niño, estar sentado en el pasamanos del parque anhelando el día de poder fumar sin toser. Me sentía vivo, y ahora me siento vivo muy pocas veces, la más, cuando me siento en el baño a pujar. Y no me digan que eso es falta de memoria porque a lo mejor mi infancia también estuvo sedada. A lo mejor.

No sé, pero mientras más me acerco al "sistema", más parte soy de un todo que de . Igual y eso es lo que me emociona; sí, ser un mártir condecorado de la sociedad, insultarla pero no querer dejar de pertenecer a ella, ser un desubicado pero de cerquita...
-Traigan al verdugo, que se asome-.

Tengo un consuelo, y sí, voy a generalizar: Todos traemos el mismo pedo. Claro, lo que varía son las intensidades, las causas, las características de cada caso, y claro, la manera con la que se disimula el hastío y el miedo hacia(de) los otros. Unos se protegen detrás de últimos modelo, otros con cirugías, con amores sin compromiso a las tres de la mañana, con templos, con drogas, con el Maromero Páez y la Selección Mexicana.
Creemos que la vamos pasando bien a medida que los otros nos creen el simulacro.

¿Vale la pena pensar en estas cosas?
Sí, sí vale, porque es muy "bonito" no estar de acuerdo con lo que ves, pensar-atormentarte con pequeñeces, y al mismo tiempo convivir día a día con el "sistema" que no entiendes (que nadie entiende), con la vida que te aplasta, con la sociedad que te ciega. Arrieros somos, masoquistas también.


EL PROFESOR CONTESTA.-

¿Cómo distinguir un mecanismo de autodefensa para mantener la cordura y la pasividad más ignorante que puede haber?

El único motor de esta vida es la rabia, el sentir y no conformarte, sino, sentir y actuar hasta acallar la rabia. La rabia te puede proveer el calor para soportar esta vida fría pero también puede quemarte.

Lo raro es que pensamos que son cosas opuestas, sentir, trabajar, vivir, sumarse al sistema, y entonces el hacer una de estas cosas nos hace sentir que renunciamos o nos negamos a otras. ¿Por qué no sentir y experimentar la vida que hay en el trabajo y en el intercambio más intrascendente -según nuestro cerebro pretencioso-? Ver la vida detrás de cada acto simple depende de nosotros.

Un "mártir", un "héroe", tal vez así disimulemos algunos ese miedo, esa angustia que vivir implica. Lo raro es que ahí, justo a un lado de las paredes del "sistema", en los dobleces del laberinto, crece como musgo la "vida real", ese aire fresco que nos hace experimentar el placer.

Justo ahí, en los brazos de una mujer, en la idea que libera el alcohol, en dos palabras que se juntan para dar a luz un nuevo espacio, o en el silencio aterrador de la noche. Justo ahí, sin sufrimientos ni melancolía, sin tanta complicación que parece eterna.

4 comentarios:

Lau dijo...

wow!! me encanto la contestaciòn de tu profe!! hay mucha sabidurìa detras de este texto... y tambien tu escrito, de ese guerrero incansable que siempre se pregunta un porque y para que
gracias por compartirlo con nosotros E!!

marszoid dijo...

Tu profe es la ley :)

Ministry of Silly Walks dijo...

La digna rabia.

Chido profesor. Yo no tuve de ésos.

Tania G. Balleza Tahuil dijo...

me gusto mucho la respuesta tan "humana" que dio tu profesor