lunes, 10 de agosto de 2009

Corpiño power

Ando bajoneado, deprimidón.

Nada de malo tiene reconocer que en medio de la banqueta hay un considerable pedazo de mierda de perro. Lo malo sería pararse encima de ese trozo de mierda para enlodar de caca nuestros zapatos y poder así quejarnos todo el día de la peste que traemos encima.

Tampoco tiene nada de malo reconocer que este año ha sido particularmente pinche. Violencia, enfermedad, crisis y noticias como la de los 49 niños quemados hasta la muerte en una guardería de Hermosillo confirman la jodida acuarela que ha estado dibujando el 2009.

Lo peligroso, al menos para mí que me encanta bordear en el fatalismo, es dejar que el lodo ensucie las escasas y al mismo tiempo abundantes razones que tengo para ser feliz. (Tomando en cuenta que "ser feliz" es una aspiración que todavía no me pasa de moda).

Pero bueno, voy a dejar de lado la grisería que siento para compartir una buena noticia.

En marzo de este año pinche me sucedió una desgracia personal cuando se me manifestó una hernia de disco en la columna vertebral. Un mal día amanecí chueco, con el tronco en forma de "S" y padeciendo un dolor similar (creo) al de un parto con dilatación suprimida. De la noche a la mañana no pude caminar, manejar, estornudar, trabajar, subir escaleras, tirarme un pedo ni dormir en paz porque ahí estaba el chingado dolor. Obvio, menos pude hacer ejercicio y tuve que abandonar las clases de karate.

Esto último es lo que más lamenté, pues antes de la lesión me encontraba en el mejor nivel físico que había alcanzado en todos los años de entrenamiento. Mi retiro forzoso me frustró, pues una cosa es elegir por voluntad propia ser un huevonazo, y otra cosa es que te receten no hacer ejercicio porque éste perjudica tu salud. Cuatro meses me la llevé tranquilo, tomando medicamento, en reposo, y asistiendo a citas carísimas con un doctor que me hacía tocamientos en la espalda mientras me hablaba de usted.

Finalmente se hizo la luz. La semana antepasada el médico me dio chancita de regresar al único deporte en el que he logrado cosechar medallas y no abucheos. El especialista ordenó que mi regreso al dojo fuera sereno, leve, cuidadoso, gradual, y antes de colgar me sugirió usar una faja sacrolumbar, la cual es tan fea como su nombre, pero que ahora es la encargada de proteger mi disquito recién remodelado.

Toda la semana pasada fui a entrenar bien fajado. Hagan de cuenta que esta prenda ortopédica es un corpiño que se amarra con tres cinturones de velcro alrededor de la espalda baja. Cuando me la embarro, el pedazo de lonja que debería ir en el cuadrante de las jaboneras desaparece y se me hace la misma cintura de Pancho Pantera, pero ese excedente de grasa/piel se me trepa y se abulta abajo de mis costillas dándole a mis pectorales el aspecto bofísimo que tenían los del luchador Perro Aguayo hacia el final de su carrera.

Sobra decir que la usanza de esta faja es muy incómoda y que apenas puedo agacharme, ya no digamos hacer media abdominal, pero me da oportunidad de regresar al arte marcial que me gusta, aunque por el momento entrene tieso y amarrado como señorita victoriana.

Adaptación es una palabra a la que cada día le encuentro más aplicaciones.

AUTOFUSIL.- Hoy es lunes de Recolectivo. Ando tan seco de ideas, que publiqué un post que ya había publicado aquí. Si quieren releerlo, pásense acá.

LUNES MUSICAL.- Tengo muchas ganas de que me acerquen un micrófono para gritar: "¡Todos con sus palmas"! Creo que esta rolita de The Farm se presta para darle. Buen inicio de semana.

7 comentarios:

NTQVCA dijo...

Yo creo que si te alborotas un poco el cabello y te pelliscaz las mejillas, esa faja se ha de ver re bonita!

kerubin@ dijo...

Con que la mentada fajita no te lleve a usar el rímel y los calzones de la Maga todo está bien. Todo sea en pro del gusto por el deporte Eugene!.

Saludos.

Tabita dijo...

Paciencia ;)

Nannie dijo...

Huy es horrible eso, te comprendo a la perfección. Cuando estaba en mi mejor momento del fut, lo tuve que dejar 1 año; después vinieron los esguinces seguidos y por la terquedad de seguir jugando hoy en día a mis apenas 21 años, tengo que usar una tobillera metálica para jugar la cual, como mencionas, me limita al pisar y batallo para dar pases. Pero bueno, aun podemos practicar lo que nos gusta.

Suerte! =)

Lau dijo...

hay que ver la parte positiva del asunto :) puedes hacer algo de ejercicio... tarde o temprano tendras que dejar la faja atras... ánimo E!!

Kózmica dijo...

Pensé que era la rola de los Beatles XD

Pues vaya que el 2009 no ha sido bueno para muchos, al menos parece que las cosas como que empiezan a ponerse mejor.

Espero todo vaya bien con tu nuevo ejercicio. Cuídate y Saludos.

I can see clearly now the rain is gone... :)

Anónimo dijo...

andale! pa que veas lo que sentimos las mujeres!!

L