Repaso de memoria la calle donde está la casa en la que viví hasta mi tercera pubertad. Sé muy bien dónde está cada cicatriz en el asfalto, cada rama silvestre que abre vida entre las banquetas quebradas, cada tachadura de corcholata en los postes de luz. Tantas veces la caminé hasta que aprendí a manejar y de andarla pasé a transitarla.
En la calle de mi infancia no florecía el erotismo. Nunca. Cuatrocientos metros a la redonda no vivía una sola niña guapa a quien espiar cuando el sol se aleja y se encienden las luces de las regaderas. No había nadie por quien peinarse, nadie con quien compartir las pastillas de uva.
En la esquina que da al parque vivía una familia que usaban anteojos de heterogénea graduación. Les decíamos "Espejuelos Mágicos", en honor a una caricatura de Los Pitufos en la cual Pitufo Filósofo se mete en problemas. Del otro lado vivía la familia de "Los Cochos", a cuyos integrantes más jóvenes se les condensaban gotitas de sudor en la nariz por la emoción de ganar en el futbeis. En medio de la calle sin alma vivíamos Nosotros los Gómez, y frente a nosotros la familia de Javier el de Menudo, mi primer mejor amigo.
Era una calle aburrida siempre, bueno, casi siempre, pues cuando yo me iba de vacaciones a Durango sucedían en mi cuadra cosas fuera de lo común. Por ejemplo, en mi ausencia y sólo en mi ausencia, un amigo se volaba el carro de sus papás y chocaba, otro descubría el canal de Playboy en la antena parabólica, uno más besaba a la prima bonita y foránea de alguna vecina fea. Un verano en el que no estuve inauguraron Galerías Monterrey y toda la pelusa de la cuadra -menos yo-hablaba de las Kikoletas, las Chispas y todas esas atracciones de mol que tanto apantallan a los Beverly de Peralvillo como uno.
Siempre me perdía los mejores eventos porque en la calle de mi infancia no pasaba nada hasta que yo huía de ella.
Lo mismo ha sucedido con toda la colonia desde que me casé. Mientras fui niño y adolescente, Colinas de San Jerónimo era un pedazo de tierra con personalidad indefinida, es decir, no vivías en la Del Valle, pero tampoco en Cumbres. Había un solo Oxxo y una sola papelería capitaneada por dos señoras muy cebosas. Y, para acabarla de chingar, nos podíamos jactar de tener las niñas más feyoncitas del noreste del país -con excepción de Mayela la imposible y de Elisa la difícil-. La única atracción que tenía mi colonia era un parque de softbol y allí mismo un puesto de enchiladas que un señor con afro pelirrojo sigue despachando desde entonces.
Pero, nomás me casé, y ahora toda la colonia es un hervor de jovencitas muy bien moduladas con ombligueras y jeans a la rayita, de mozuelos con pelo de Julian Casablancas, de terrenos y casas carísimos, de edificios con departamentos tipo loft, de restaurantes gourmet con vista panorámica, de plazas comerciales, de gente atractiva que camina por camellones llenos de pinos paseando perros chicos, medianos y grandes.
Ahora hay vida, juventud y belleza en la colonia en donde antes las únicas pasarelas eran las de los albañiles a las cinco de la tarde bajando del cerro hacia la parada del camión con el baño vaquero todavía goteando en los hombros.
Varias veces a la semana recorro la colonia en la que viví de los 4 a los 30 años, pues allí está la academia de karate a la que asisto desde 1993. Con corbata y con los ojos arañados de arrugas veo por la ventanilla del carro la fiesta que me perdí por haber nacido en los 70 y no en los 80-90. La misma colonia en la que tantas tardes me aburrí, hoy ofrece evasión y atractivos visuales.
Con inocencia pensé que mis vecinos me iban a extrañar, imaginaba que salirme de allí era una venganza pacífica contra tantos años de esparcimiento plano, pero la verdad es que nadie se acuerda de mí, con excepción de las amigas de mi mamá que me preguntan por mi hijo con auténtica amabilidad.
Me voy haciendo un señor mientras mi excolonia rejuvenece y se reinventa.
Hello world!
Hace 1 mes
9 comentarios:
Hola Eugin, por fin puedo visitarte.
amigo, a mi se me hace maravilloso que tu odservaste todo el proceso de lo que hoy es la colonia de tu infancia, y que mejor que re-juvenecida y llena de vida. Hay colonias que se quedaron en el pasado y se ven tan tristes como añorando sus buenos años de gloria. Si tienes fotos antiguas deberías de poner el antes y el ahora. Estoy sorprendida de la estabilidad de tu casa y que viviste 26 añotes ahí. yo me he cambiado como 12 veces de casa.
p.d. ya no supiste que fue de "Mayela la imposible" y de "Elisa la difícil".
ES HORA DE VOLVER FLACO!!!!
YO CREO QUE EXAGERAS,PORQUE PARA ATRAS DE TU CASA HABIA DOS QUE TRES QUE ALGUNA VEZ ME TOCO VER,DEL OTRO LADO DE LA AVENIDA TAMBIEN HABIA ALGO, NO RECUERDO SI POR LA CASA DEL SEBAS HABIA MATERIAL, SI UNA O DOS VERDAD???
LA YESSY Y SU HERMANA ERAN BUEN MATERIAL NO TE HAGAS............
LO QUE PASA ES QUE CREO QUE PASASTE MUCHO TIEMPO OCUPADO CON LA "VORJILVORJIL".....JAJAJAJAJAJA
creo eso pasa en todas las ex-colonias, hace apenas 6 meses que me mude despues de 24 años y ahora todo esta super cambiado, ya hay un centro de telcel, 2 cafeterias (una de ellas cubana) y en el cine que jamas abrio sus puertas pusieron un cantabar, hasta una estación del tren suburbano les pusieron!!!
Pues mi querido Ñets, usted tiene mucha suerte. Mira que yo he regresado a mi exbarrio y ahora luce triste y olvidado, ya no hay niños jugando como en "mis tiempos" al bebeleche o al liguero.
Eso de que todo sucede cuando uno se va de vacaciones, lo viví, no sé si eran mentiras nomás para presumir o sí en verdad había sucedido. Queda la duda.
Un saludo!
Recuerda Eugene, que los años no nos hacen viejos sino interesantes y que ahora te sacas la espina dándole vida y sabor a la blogósfera con tus relatos.
Creo que todas las colonias en las que vivimos los que ya no tenemos treinta años, han sufrido cambios significativos, aunque no en todas tan positivos como la tuya.
Saluditos!
hola muchachon! me hiciste recordar mi adolescencia...mi calle también era x pero en verdad prefiero que se vea rejuvenecida a que se vea hecha un desastre, lo único que ha cambiado es que ahora hay segundos pisos y caos vial guac! :s buen fin!!
Uy tiempos aquellos!, mi colonia era igual no pasaba nada nada, yo veía a los adolescentes crecer y luego casarse con los vecinos que era lo peor, regresó y ahí siguen con su esposos e hijos, ¡yo mejor me fuí antes de que me atraparán!
Mi ex-calle ahora no tiene ni un solo lugar para estacionarse por tanto carro de todos los vecinos que yo conoci como niños y ahora son adolescentes con licencias. Y tienes razon, ahora ves a todas las jovenes y mamases corriendo por los parques en pants apretados y ipods al brazo. Las enchiladas del parque de beisbol suben y suben de precio mas rapido que el dolar. Ya no existe el CriCri en donde una vez llore cuando era niño y ya no volvi. La iglesia cada vez tiene mas accesorios, hasta un motel (o algo asi) tiene ahi a un lado. Maderito ya nos pavimento la pista para correr. Se siente sofocante, tantos add-ons que le meten a la pobre colonia que ya no hay ni para donde hacerse.
Pues en mi colonia ya pavimentaron eh? jajajaja
La verdad es que he compartido ese sentimiento de haber nacido en el tiempo equivocado, pero bueh... de nada sirve lamentarse, lo mejor es que el presente es lindo y lo vives al máximo...
Lo de los sucesos extraordinarios en las vacaciones, no te los creas!! uno que se quedaba sin salir a ningún lado siempre inventaba esas cosas nomás de ardidos jajajaja
Saludos!!
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