viernes, 14 de noviembre de 2008

¿En dónde me veo?

Prefiero hospedar en mi casa a un familiar cleptómano que sufrir la visita de un consultor financiero.

Me refiero a esos hombres ilustres que saben de memoria a cómo amaneció el UDI y a cómo cerró el Euro. Son caballeros que se pasean por la calle en simbiosis con un maletín, y que te venden "Productos financieros para el retiro" bajo la promesa de tener una vejez tan desahogada como la de Hugh Hefner.

¿Te quieres jubilar en traje de baño metido hasta las tetillas en un jacuzzi frente a la costa de Oaxaca?, muy sencillo, te dicen, lo único que tienes que hacer es apoquinar desde ahorita y hasta dentro de 40 años, una lana en fondos de inversión cuyos nombres siempre son tan mamones como Fondo Diamante, Fondo Oro, o Fondo Platino.

Estos hombres saludan apretando la mano fuerte, como lo hacen todos los machos que le echan un huevo crudo a su licuado mañanero y tienen la habilidad de pronunciar bien bonito tu nombre con ambos apellidos, aún sin haber compartido nunca la tecate contigo.

Los recibes y de buenas a primeras quieren saber si fumas y si practicas deportes de alto riesgo, y como te ven encorbatado, alucinan que te sobran miles de pesos para invertirlos a granel.

Yo no sé ustedes, pero por el momento todo mi salario tiene padre y madre, ni un peso que gano es huérfano como para depositarlo en cuentas de ahorro. -Hago esta penosa declaración y me imagino a mis ex novias suspirando de aliviadas y contentas por no haberse matrimoniado con un apenitas-.

Volvamos al consultor financiero. Ya en su peladés más colorida, estos señores se atreven a preguntarte cuánto ganas y entonces llega ese momento en el que inspiras ternurita porque mencionas (un poco inflada) tu lánguida cifra salarial. -Muy bien-, te dicen, -como quiera debes considerar que tus ingresos irán incrementándose a medida que vayas creciendo-. En este punto de la cita estoy a punto de soltar la carcajada, yo, hombre de poca fe.

Eso no es todo. Cuando ya andas bizco por tanto proverbio económico y mareado por tanta gráfica de pastel, los angelitos verdes disparan la pregunta imperial, la más cagante, la más engañosa: ¿Cómo te ves en 5 años, en 10 y en 20?.

¡Bomba molotov!

A ver, a ver, son las 10 y media de la mañana, es martes, no he desayunado, el pedacito de caos está entrando en lo que sería su primera adolescencia precoz, todavía le cuelga para que se asome la próxima quincena ¿y tú me estás preguntando que en dónde me veo en cinco años?, ¿qué debo contestar?, ¿en un escusado buscando las llaves del carro?, ¿en misa?, ¿en el Super 7?, ¿pegado a una ubre de vaca?...

Y riájales, nomás por quedar bien con tu interlocutor y para que aquello parezca como un emotivo talk show de Televisión Española, diseñas en voz alta un bosquejo ideal de tu vida futura, algo así como Mr. Ñets en el País de las Maravillas, con harto betún. Todo esto se lo dices a un extraño que pone cara de que le interesas mucho, cuando en realidad está pensando a qué oleran los sobacos de una ballena azul o cómo va a querer los huevitos en la cena.

Terminas tu trance de idealismo esperando aplausos por parte del consultor financiero, pero éste pone su cara más solemne y te clava por la espalda una inyección de salación.

-Y eso si, Dios no lo quiera, no tienes un accidente catastrófico antes en el que, repito, Dios no lo quiera, falleces (nunca dicen 'te mueres'), o quedas inhabilitado de por vida. ¿Ya has pensado en lo que será de tu familia en caso de que, Dios no lo quiera (¡otra vez!), algún día no estés con ellos?-, te dice el cabrón.

De inmediato imagino a Mateo y a la Maga pepenando en un basurero, él masticando una mazorca seca con moscas, y ella mentándome la madre hasta la tumba por no haber comprado un seguro de vida a tiempo.

Ukelachingada. A ver, recapitulemos: Ya te dije que gano una mierda, ya me pusiste cara de que eso me pasa por no ahorrar y por ser un pelado sin iniciativa ni ambición, ya me hiciste futurearle a cómo me veo en cinco años, ¿y ahora me quieres matar o condenar a una silla de ruedas?. Shiale.

Ya con el ambiente convertido en carroza fúnebre nuestro invitado remata diciendo: -Por eso te digo que es importante echarle un ojo a estos productos que te ofrezco para que no te lamentes después- y te entrega 10 páginas redactadas por algún entusiasta ahorrador, finamente grapadas a un legajo en cuya portada aparece la foto de la familia mexicana más guapa, más sana y más sin pedos que puedas conocer (cuyos modelos de seguro son argentinos).

Tu sigues pensando en cómo fregados vas a hacerle para completar la mensualidad que él te pide como requisito para jubilarte hecho un millonario en 40 años. Misterio sin resolver; otro.

-Dale una pensada y si quieres programamos una segunda cita la siguiente semana, ya con la papelería correspondiente para que comiences a disfrutar de los beneficios de estos productos-, concluye Mr. Maletín de Cuero, sólo antes de preguntarte si tienes amigos a quienes les pueda interesar lo que él te ha ofrecido. Entonces llega tu venganza, es momento de pensar en los cinco amigos más ocupados que tienes y darle sus teléfonos a este nómada bursátil para que los jorobe media hora o más.

El consultor financiero se retira dejándote en el génesis de una depresión preparto. El resto del día andas todo preocupado porque eres un ahorrador endeble, porque además no tienes la respuesta de cómo te ves en cinco años y porque ni siquiera has pensado en si, Dios no lo quiera, quedas algún día cuadraplégico o turnio por andar brincando-bailando la chica de humo en las bodas.

Posdata: He comprado un seguro de vida/fondo de ahorro para proteger a mi familia
Moraleja: A veces esas personas que nos caen mal porque hablan de temas fastidiosos, -a veces-, tienen la verdad

12 comentarios:

Ontobelli کτγℓع dijo...

Es un hecho. Mucha gente se muere en el momento y por las causas menos esperadas y dejan propiedades intestadas e hijos en el caos financiero.

No te gustará pensar en el tema. Pero existe y es real y es parte de la responsabilidad de cualquiera que decida tener hijos, dejarlos protegerlos en caso de muerte de alguno de los padres, en especial del que aporta el sustento.

Ñets dijo...

Sí caon.
Con todo y que odié el tema y la visita, terminé comprando un seguro-ahorro para protegerlos.

Entré a ese estatus de persona que vale más muerta que viva. Qué chulada.

¡Saludos!

la burbuja de yol dijo...

¡nombre amigo!, que ni te esten presionando. A mi me dan un poco de lastima esas gentes porque a fuerza te quieren meter para ellos llevarse una mísera comisión, y te apuesto que tampoco estan asegurados. Si el dinero te sobrara, claro que asegurarías hasta Ramona. y nunca sabemos si nos pasara algun imprevisto o no, pero tampoco que no te anden asustando.

p.d. no les diste mi nombre verdad?

Ontobelli کτγℓع dijo...

Lástima dan los niños que tienen que pedir limosna para comer por haber tenido un padre irresponsable que se murió y los dejó desprotegidos.

Por supuesto que el vendedor de seguros gana dinero. Pero si el producto no sirviera para nada no se vendería en todo el mundo. Claro, para los primitivos, irresponsables y cobardes mexicanos el pensar en la muerte les da terror y prefieren evadirla. Cada quien.

Tabita dijo...

Un presentador muy famoso acá dice algo que es muy cierto (aún cuando le pagan por decirlo), es mejor tener un seguro y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo,

Te felicito por la decisión, pero te recomiendo que le des a probar la comida a tu perro antes de comertela, no vaya a ser que a tu mujer le de por echa números y se de que cuenta que seis pies bajo tierra vales mucho más.

chispeologo dijo...

No'mbre llegue aqui desde jessy atomica y que placer leerte jejeje...

de grande quiero (al menos) escribir como uste... el pedo es q ya meritititp llego a grande chingaoo jaja

Y bueno ahora q ya te compraste tu segurote, ya hiciste tu testamento, Dios no lo quiera te mueras y aparezca una exnovia con sus hijos ficticios reclamando su parte...

Dios no lo quiera

Saludos

Lourdes dijo...

Que bueno que lo compraste E! La verdad yo no pensaba mucho en eso hasta que tuve hijos ahora si tenemos seguro de vida por si acaso y como dijo el vendedor Dios no lo quiera.

Que tengan un super fin de semana :-)
un abrazo,
L

Anónimo dijo...

:)
saludos!

Luis (again)

Ñets dijo...

Ya me tenias preocupado, Luis, donde andabas caon?

Anónimo dijo...

OYE FLACO , ES EL AMIGO DEL SEBAS?

Unknown dijo...

De pequeño, vino un señor a mi casa representante de una compañía de seguros. Se me quedó grabado que cada vez que hablaba de la muerte decía: "El cielo no lo permita", y yo pensaba. ¿En qué quedamos? ¿quiere este señor que mi padre se muera o no?

Saludos.

A.

Anónimo dijo...

TABITA, QUE LINDA, GRACIAS POR LA IDEA Y EL COMENTARIO.....

maga