Hace días venía manejando por Avenida Constitución cuando por el espejo retrovisor vi la cara de Mateo. ¡Uy!, sí, qué novedad, ustedes dirán, pero sí hubo novedad: mi hijo venía aburridísimo. Aquélla fue la primera vez que lo vi fastidiado, sin el gesto de sorpresa constante que tuvo mientras fue bebé y bebé-niño y niño-bebé. Vaya descubrimiento, Mateo ya se aburre.
Mi hijo ha sido visitado, al fin, por el hastío que viene grapado a todos los días.
Dos años y cuatro meses sumergido en la extenuante investigación de campo que se adorna con el sobrenombre de paternidad, me dan autoridad suficiente para concluir que la máxima diferencia entre un bebé y un niño es ésa, la aburrición, misma que habrá de acompañarnos hasta la cremación.
Olvídense del cambio de tomar leche materna a fórmula en polvo, del biberón al popote, de gatear a caminar, de meter la mano a usar tenedor, de cagar el pañal a sentarse en una tasa de baño. El cambio bárbaro es ése, los niños se aburren, los bebés no.
El bebé llora, mama, descubre, se enferma, y cuando el exterior le vale madre se desconecta durmiendo. Pero el niño se entera de pronto que no basta con dormir bastante pues el tiempo es más grande que nosotros. El día, la vida, es un campo minado en donde explotan ratos de tedio sin previo aviso. Los momentos del sin-que-hacer son densos y no tienen la cortesía de irse pronto a menos que nos busquemos un pasa-tiempo o en el peor de los casos un empleo.
El día dura mucho, un espacio por maravilloso que parezca al principio (la playa, un parque, el pasillo de un centro comercial) nunca es suficiente, siempre hay que moverse, cambiar de escenario. Las rutas cuando se repiten se hacen rutinas y encienden el aburrimiento igual que el fuego se prende cuando dos maderas son frotadas en repetición.
Cuando eres niño el tiempo es abrumante por extenso hasta que te haces adulto y notas que el día no te alcanza para nada.
Lo peor es que el aburrimiento de los hijos suele hipotecar su buen humor. Los niños se transfiguran porque se infectan del ocio latoso hasta que encuentran la salida fácil por la puerta trasera del berrinche. Es entonces cuando el trabajo de los papás (investigadores de campo sin honor ni honorarios) debe intensificarse, pulirse, no tanto para divertir como payasos a los hijos (aunque a veces sí), ni para cumplirles todas sus torcidas voluntades, sino para desactivar el berrinche inventando una tarea que los entretenga. Esto suena muy bonito, pero el chiste es dar el martillazo en el clavo y no en el dedo.
Por ejemplo:
-A ver Mateo, le digo, vamos a recoger este cuarto tuyo que está convertido en una galería de escombro-.
Nivel de persuasión: nulo. Curiosamente mi hijo prefiere aburrirse o hacer un berrinche sumido en el sillón que participar en la súper entretenida misión que yo le propongo. Nice try!
Hello world!
Hace 3 meses
14 comentarios:
a mi hija la he visto asi varias veces pero solo cuando llevamos mucho manejando o cuando anda malita, pero fuera de eso la que se aburre mas facil soy yo...ella es un torbellino.
Aburririse... aah tal vez por eso de niña le di de beber a los pecesitos bebé de la casa, leche, en la pecera.
Pero según yo era por obvía lógica: peces bebé= qué toman los bebés? = leche.
O tal vez el aburrimiento me llevó a creer eso. No sé... ya me aburrí!!
mmm mejor que este aburrido a que haga desmadre.. no? jeje
Un padre responsable comenzaría a manejar más rápido, ser cafre y mentar madres mientras conduce, para no aburrir a su hijo.
acaso esa avenida constitución es en MTY?
jajajaja! acabo de descubrir que mi hijo, bebé, se ha transformado en niño! Que bueno que no soy yo quien lo lleva al jardín a la hora del taco.
Y a uno se le hace el corazón chiquito...
A veces uno piensa que para los niños no existen esos momentos, que con cualquier cosa van a sonreír o volverse locos...pero cuando cuando pasa, ¿qué se puede hacer?
A mi sobrina la he visto así, no se enoja, no juega, no nada, simplemente está aburrida... y me dan ganas de decirle que no tienen edad para eso, pero se me hace injusto...y nos aburrimos las dos.
Un saludo
Es que le debe hacer falta la compañía de niños de su edad. Para los niños hacer lo que hacen sus padres es aburrido.
Yo hasta preguntaba si ya habíamos llegado a otro país, de lo lejos que se me hacia ir al supermercado.
HAY UN GRAN INVENTO QUE YO EN LO PERSONAL NUNCA LO HE DISFRUTADO NI LO DISFRUTARE POR EL "MARILYN MONROE" QUE ES EL DVD PORTATIL.....LA ABURRICION SE VA A CHINGA R A SU MADRE!!!!!...Y MANEJALE MAS RAPIDITO FLACO, CONOCIENDOTE, POBRE MATEWAS!!!
No sé que es mejor, el hastio del gran Mateo que terminar por acceder a arreglar mi casa cada vez que me aburro!
jaja de hecho envidio a los bebés por no aburrirse!
yo me aburria mucho de nina y mi mama decia que ella jamas se aburrio en su infancia... sera un mal de los tiempos modernos?
Qué buena observación, nunca lo había visto desde ese punto. Aunque ya pensándolo bien, ahora entiendo por qué uno encuentra tantas respuestas cuando es morro... pa' desaburrirse. No es que uno sea un hijitodelachingada, uno nomás pretende desaburrirse.
Orale, interesante post ... a ver si me acuerdo de el cuando tenga hijo(a).
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