Si usted viene manejando por avenida Constitución, de oriente a poniente, notará que a la altura en donde cruza con Gonzalitos hay un anuncio panorámico de la Sedena que nos invita a no dejarnos de los delincuentes.
"Denúncialos", ordena el anuncio. Con todo y las comillas.
La Secretaría de la Defensa Nacional anima a la sociedad a ser valiente y a que denuncie a los cabrito gángsters, pero qué raro que al hacer su invitación utilice los signos de puntuación con los que se destacan la ironía y la simulación.
Las acciones que van entre comillas se traducen en
hacer como que se hace, pero no se hace ni madre.
Denunciar a los delincuentes entre comillas es como hacer dieta entre comillas, o sea, desayunar lechuguita, comer quesito panela, pero atascarse en la cena un menudo con tres bolillos. Hacer ejercicio entre comillas es ponerse los pants e ir al gimnasio a viborear nalgas. Ir a misa entre comillas es hacer lo mismo que practicar ejercicio entre comillas, pero sin los pants.
La mayoría de los regios no denunciamos por miedo a represalias. Tememos que si llamamos a esos teléfonos en donde nos piden "denunciar" a los malitos nuestra queja será recibida o interceptada justamente por los malitos.
Tampoco denunciamos porque percibimos como un esfuerzo inerte el acto de denunciar.
Como quiera nunca hacen nada, decimos.
Y sí: los gobernantes "gobiernan", los policías "protegen y sirven", y, ahora, los ciudadanos "denunciamos". Todos como que hacemos nuestra labor y no hacemos ni maíz.
Hoy a mediodía, a menos de un kilómetro del anuncio panorámico de la Sedena, colgaron a un tipo de un puente peatonal y lo remataron a balazos. La escena de espanto se desarrolló frente a mucha gente, con el solazo, a un lado del tráfico. Los sicarios hicieron su trabajo sin simulaciones.
En esta ciudad los únicos que actúan sin comillas son los miembros del crimen organizado. Ellos sí cumplen con el giro de su empresa: sí amenazan, sí matan, sí llenan de terror las calles, sí secuestran, sí extorsionan, sí acribillan, sí roban.
Mientras tanto, los demás "vivimos".