martes, 1 de diciembre de 2009

Cartas al Profesor VI: Ellas

11 Noviembre 1994

YO ESCRIBO.-

Quiero hablar de las mujeres hermosas que por mágicas nos convierten en unos cursis. (Ser cursi sin el yugo machista es un deleite exclusivo de los que disfrutamos el apendeje rosa del enamoramiento).

Hace años eché romance con ideas socialistas, pero hoy una mujer puede hacerme capitalista si sólo me deja olerle el cuello.

-"Lucharé por ti, dejaré de ser un don Nadie, te daré lo mejor, te convengo, fíjate, en serio"-.

Amigos me aconsejan proteger el corazón, (¡aguas!), pero otro número igual de personas me recomiendan dejar de temerle al compromiso. Un hombre precavido vale por dos, el hombre enamorado vale por una.

Justo en el salón de clases, un escote o un chongo apuntando al techo dejan al maestro incompetente. Justo en los pasillos de la universidad, apresurados siempre, relajientos, cacareantes, justo ahí vi a la mujer que me hizo olvidarme de mí. En esta historia me tocó ser el borreguito, en otras fui el lobo, y así la humanidad entera caza y es cazada hasta que borreguito y lobo se despojan de sus mamelucos para descubrir que debajo de la presa y del predador hay un hombre y una mujer miedosos, pero afines. Y entonces ambos se dejan de mamadas.

Volvemos a las relaciones de pareja. Monterrey te da permiso a tres tipos de relación: Noviazgo, amistad o movida. Todos los cariños, odios, pasiones, aprecios y desprecios tienen que ser encajonados en esos tres apartados. He conocido y protagonizado relaciones que recorren las tres casillas: Comienzan como amigos, le siguen de movida y terminan siendo novios. O al revés: Comienzan de novios, quedan como "amigos", pero pasa el tiempo y ya metidos en otras relaciones se convierten en movida.

Lo incómodo de esto no es la clasificación sino la exigencia social de clasificar tus relaciones. No puedes conocer a alguien porque ya tienes a la gente preguntando detalles. Maldita la burla del "se quieren y no son novios". Lo peor es que aunque no quieras, vas desarrollando una espantosa necesidad de reportar a otros el estatus de tus relaciones: "Apenas nos andamos conociendo", decimos al principio de cada oportunidad.

Me detengo a releer y descubro que debajo de lo que escribo está un chavo enfermo con el mal de la época: Miedo al compromiso. Una vez me enamoré pero no demostré estar listo para asumir un compromiso; ella deseaba pisar en sólido y se decepcionó de mi ligereza, de mis pies siempre puestos en arena movediza. Ella se enamoró de otro tipo que le garantizó seguridad, que le hizo contrapeso, que no temió al compromiso.

Creo que ella soñaba con el matrimonio y para mí el matrimonio es el fin del sueño. Sí, sí, sí, y luego sin ella mi "sueño" se hizo pesadilla.

Los que siguen (seguimos) el modelo de encasillar las relaciones aseguran que yo fui su movida, pero yo defiendo que ella fue mi amor, mi niña. Fue la razón de todo, la decepción, el carbón encendido con sabor a halls mentolitus, la mala vida que gusta, el salto sin paracaídas que no te mata pero te quiebra.


EL PROFESOR CONTESTA.-

Otra vez las relaciones de pareja. Yo para mí tengo que la ciencia, el arte, la filosofía, toda la méndiga cultura tienen en el fondo su explicación en ese querer entender, reaccionar, huir, sumergirte en un amor, en una relación, o en una forma de entablar relaciones.

Nuestro trabajo, todos los proyectos, todo el programa espacial de la NASA pueden esperar, pueden suspenderse y dependen de qué tan bien está nuestra búsqueda del amor.

"Mi reino, mi prestigio, mi carrera por una pareja", parece ser el grito que en silencio todos vamos pronunciando mientras caminamos entre otros que también gritan y a quienes no escuchamos.

Por ellas, aunque mal paguen, Eugenio.

7 comentarios:

Ministry of Silly Walks dijo...

La culpa la tienen los boleros.

Lau dijo...

ahhh l`amour!! jeje es el motor del universo... que le vamos a hacer....
no sòlo es por nosotras, tambien por ustedes....

Anónimo dijo...

Ohhh tambien me ha tocado dejar a alguien por que no quiso entrarle al ruedo del compromiso! =(

ches miedosos!!!

Saluditos!!

ontobelli dijo...

El enamoramiento es un estado de locura temporal que se cura después de 3 años.

No es miedo al compromiso, es inteligencia lo hace saber que las relaciones a largo plazo no son satisfactorias para casi nadie.

Los primates somos polígamos, porque así lo quiere la naturaleza. Lo demás es hipocresía.

Algunos mueren por un par de nalgas (literalmente).

Muere tras cirugía de glúteos Solange Magnano, ex Miss Argentina y modelo

Una groupie postuma.

Alessandra Ambrosio otra brasileña que me encanta.

Saludos.

Tania G. Balleza Tahuil dijo...

"el hombre enamorado vale por una."

me gustó.

p.d. tmb tu nueva foto de perfil.

Lupita V dijo...

"el regalo de las indecisiones es el olvido........"

pero a fin de cuentas, la vida siempre nos regala lo mejor,

la constante en lo variable de la vida.


que patetica me lei!!


saludos!!

Kózmica dijo...

Cuando no te enamoras es fácil huirle al compromiso. Yo huía de mis novios cada que escuchaba la palabra hijos o matrimonio. Pero aveces pienso que era como dice Ontobelli, me daba miedo pensar en tantos años de noviazgo. Prefería tener amigos, salir y mi primer novio lo tuve a los 26 y aún así me sentía chica para empezar algo serio.

Qué cosas, qué temas recuerda uno.

Saludos!!

pd.-también opino que me gusto tu nueva foto de perfil.