viernes, 24 de octubre de 2014

Memoria emocional

Falta un mes y 24 horas para que Mateo cumpla ocho años.

Quién sabe si cuando él sea adulto se acuerde de sus primeros años de vida y de nuestra relación durante estos años.

Yo no me acuerdo cómo eran mis padres conmigo cuando tenía ocho años; a lo mucho conservo tres o cuatro alusiones borrosas de mi vida con ellos en los años setenta viviendo en el departamento de la calle Mississippi.

Si jugaron conmigo, me cargaron, me pusieron atención, me ignoraron o me nalguearon, simplemente no me acuerdo.

Supongo que hay una memoria emocional que se apega a nuestra alma más allá de la memoria de los los recuerdos.

Es decir, a lo mejor no tengo recuerdos de esos años, pero sí estoy definido emocionalmente por eventos que sucedieron durante ese tiempo aunque no me acuerde de ni madres.

Confío en que Mateo guarde en su memoria emocional los ratos en los que hemos crecido y aprendido juntos y que los traduzca (aún sin darse cuenta) en combustible (ganas) para vivir una vida útil y feliz cuando sea adulto.

Para todo lo demás existen las memorias pixeleadas de las fotos e Instagram.

ROLITA POR FAVOR.- Cierto día que estaba muy triste porque sus amiguitos del parque lo desafanaron por fallar un gol, expliqué a Mateo que todos tenemos en nuestro interior una flama y que es responsabilidad nuestra que ese fuego no se apague por mucho que el exterior nos eche aire. Ni tus amigos, ni tus papás, ni la tristeza, ni el miedo, ni un gol fallado deben apagar tu velita. Los niños que hacen bullying son expertos sopladores y desean con todas sus ganas extinguir tu pedazo de lumbre, pero tú siempre tienes el control de protegerla. Si eres capaz de conservar tu calor interior, entonces eres capaz de estar contigo y en ti mismo, que se traduce en bienestar y que no es otra cosa más que estar en/con Dios. Dios es bien-estar.


5 comentarios:

V dijo...

No se sí este comprobado, pero creo que los momentos que vivimos en nuestra infancia por más que muchos no podamos recordar, es el reflejo sin duda, de lo que ahora somos como adultos, como reaccionamos, como pensamos, la actitud ante los demás. A mi se me cae la baba de como se adoran tu y Mateo. El va a ser un adulto súper feliz, desde ya se le nota en su sonrisita.Yo lo sigo apartando, aunque el compadre y la comadre no se volteen a ver cuando haya carne asada y los hijos sean los hostess ;)
Besote ��

Unknown dijo...

Me encantó!! Esa metáfora de la llamita está maravillosa!!...Siempre que te leo antes de dormir, me sacas una sonrisa. Y bueno, yo tampoco recuerdo que onda con mis papás a los 8 años, pero estoy segura que fueron puros buenos momentos, porque así crecí y así lo siento. Abrazo amigo!! :)

V dijo...

Ya faltan 15 días para el cumple de Mateo! �� y yo diario checo si hay historia nueva, cuando la próxima?
Te mando un besote en jet �� desde aquí hasta allá ������

la burbuja de yol dijo...

Amigo, hace ratillo que no venía a visitarte por aquí. Que te digo de este post, yo también me lo he preguntado y terminando pronto ni si quiera me acuerdo que me hayan hecho fiestas de cumpleaños. Pero yo creo que tanto Mateo como Domy, van a tener tarde o temprano estos escritos llamados blog en lo que gran parte hablamos de ellos y creo que ese es un regalo invariable. Que daría yo por ver que mis papás escribieron cosas sobre mi. te visitaré más seguido lo prometo. Te quiero mucho, mucho mucho brother.

Kózmica dijo...

Extrañaba mucho tus historias, no sé por qué me alejo de pronto. Un abrazo fuerte para ti y Mateo.

:)