En la escena de hoy, amiguitos, conoceremos las ventajas de callarse el hocico cuando la discusión con una dama peligra con volverse volcánica. Callarse el hocico o bajarle al volumen, como gusten. Veremos, además, las bendiciones que suceden cuando los humanos-estorbo se hacen a un lado en contra de sus deseos personales con el único propósito de beneficiar (dejar de estorbar) a aquellos que merecen crecer y ser felices. Por otro lado, identificaremos a la gente metiche que nada más ve un conflicto y se forma en la fila. Tampoco se les pase disfrutar el encanto que tiene una mujer que habla con el llanto en la antesala.
Los primeros segundos del día son los más difíciles. (¿Se dan cuenta?, "primeros segundos", ¿primeros o segundos?). Decía que, los primeros segundos del día son los más difíciles. El Joven Leal me recomienda que nomás despierte me ponga a rezar en friega para ahuyentar el pánico matutino mientras que José Luis opina que mejor me aviente de un salto a la regadera para dejar que el agua me limpie la mugre y la pensadera (y la mugre pensadera, también). -La maldita primavera, de Yuri-.
Desde hace dos meses duermo con un león rojo y negro, felino huelguista. Como cobertor no es el más guapo, pero, ¿qué tal si lo hacemos camiseta? Mateo tiene una camisetita de un león como pintado a lápiz que seguramente ya no le queda, justo como yo ya no quedo en su casa. Los hijos abandonan Baby Gap muy temprano y crecen más rápido que nuestro sueldo. Entonces volteamos a ver con brutal simpatía el letrero Ross: Dress For Less (Dress For Success, cantaba Roxette) ((Muchas "s", muchas "c", muchas "t").
El Peugeot que manejo ya se convirtió en Renault 12; los carros se avejentan más rápido de lo que crecen nuestros hijos. Hay una bobina que nadie encuentra en Monterrey, en especial los tres mecánicos que he visitado últimamente. Frase favorita del mes: "Buenos días-tardes, soy PuÑets, sí, el cliente del 306 modelo 2001...". Respuesta favorita del mes: "No seÑor, fíjese que no he conseguido la pieza, llá-me-mé en 20 mi-nu-ti-tos".
Una ventaja de no beber alcohol es que las emociones pasan, saludan y se van. La cruda es un almacén de emociones, casi todas ellas daÑinas, que se quedan, saludan y se quitan los tenis para ver la tele hasta que nos hidratamos, nos dormimos o nos perdonan. Ando viviendo la vida en fragmentos, como dice Macarena. Me anda resultando. (Ando iendo ado ido to so cho).
Hoy dejé a Mateo en el kinder. Llegamos, salió del carro, se disparó hacia donde estaba una maestra, le grité "te quiero, te portas bien y te diviertes"; y él volteó, me sacó la lengua, me dijo "prrrrrt!", se cagó de risa y se lo tragó la puerta.
Hace mucho que no voy a una fiesta adentro de un departamento; de esas que se aperran de gente en la cocina y en donde el baño casi siempre está iluminado con velas que el anfitrión jamás prende a menos que tenga visita. Tengo ganas de ir a una fiesta de departamento, de esas en las que todos traen su vaso desechable rojo y algunos más primitivos cargan vasos de fom del oxxo con la mitad del aro superior mordido. Nadie se sienta, hay dos estudiantes del tec, una maestra de kinder, tres ingenieros sin corbata que regresan a sus 23 e invariablemente un necio capitanea el ipod y modula el carácter de la reunión de acuerdo a cómo le ha ido últimamente en los archivos cardiacos. Botellas de vino, olor a cigarro, a perfume, revistas chuecas, tres pedazos de queso que nadie quiere al centro de la mesa, una carcajada que se repite desde un lugar del comedor.
En esas fiestas siempre hay alguien que ya se quiere ir, de seguro es una mujer que llega en medias porque tiene boda al rato (¿quién se casa?, le preguntan 11 veces, mi primo Ramiro, contesta (y a todos les vale madre el primo Ramiro, ni lo conocen)). El pasillo hacia las recámaras está tupido de gente y tienes que flanquearte para poder pasar pero todavía rozas una teta, un cinturón. A veces hay una pareja discutiendo en el balcón con más ademanes que volumen, a veces hay un lobo estepario con cara de carita pobre queriendo ser cazado, o un gritón al celular que le dicta la dirección del departamento a alguien que está perdido a tres cuadras. En esas fiestas te avientas pláticas de los planes que tienes, hablas de tu trabajo, lo haces parecer interesante cuando en realidad te siguen espantando los lunes y pa'l miedo un trago. Pero todavía queda mucha noche para pensar en el lunes y a lo mejor ésa es la noche. Pura finta.
Si la función de este blog fuera vender cortauñas, yo podría seguir vendiendo cortauñas a pesar de mí.
Pero la onda es que este blog se trata de mi vida, de mí, de mi hijo; y ahora mi vida, yo y mi hijo no estamos bien, aunque tampoco mal. Estamos en un sitio poco cómodo desde donde yo no puedo ni quiero escribir acerca de nosotros.
Soy un náufrago por méritos propios. La culpa me ha chupado la tinta y me ha dejado en una isla. Siento que los llamados de auxilio que arrojo al mar metidos en botellas son escritos con sangre. A mi rescate vienen tiburones existenciales que me salvan con la condición de que me meta en su panza.
Tampoco quiero escribir de la tristeza resignada que siempre traen los cambios, sean forzados por el exterior o provocados por uno mismo.
Cuando no se habla claro, -o no se escribe claro-, cada lector es una interpretación. Les adelanto que no soy el mártir ni la víctima del cuento. Fui el Cagalotodo, pero ya no lo soy más.
Detuve el camión en la terracería y ahí viene atrás toda la polvareda ensuciando el aire, provocando estornudos y alergias. Y sí, la reconstrucción es personal, pegado a mí me siento mejor que nunca, pero las consecuencias de algunos actos míos afuera y en los demás siguen extendiendo una factura muy dura de pagar.
Extraño mucho postear. A pesar de mí y de cómo me sienta intentaré escribir desde y para la chilerencia. Escribir de lo que sea, una línea, dos, un párrafo, hacer un post dedicado a Sonia Braga, pero escribir. Redactar sin tomar el pulso ni la medida, porque luego me sucede que con una frase de Mateo quiero armar un tratado de paternidad cuando lo valioso sería publicar solamente esa frase, solita; nada más.
Escribir simple, como cuando empecé. Sin soberbia disfrazada. Lo peor que puede pasar es que el blog se convierta en un friso de avisos aburridos al estilo de "hoy me levanté y está nublado" o "ya es hora de hablarle a la muchacha porque hay un chingo de pelos en la regadera". Escribir como ejercicio mientras mi vida la vivo.
Pantalones, cabrón.
La feria de más será soltada, pero los billetes se siguen guardando en la caja. Nos seguiremos viendo por aquí.
PD.- El niño de la foto es hijo de Sharon Stone y se parece mucho a Mateo. Saca la lengua idéntico.
Antes de tenerme, mi mamá se echó unos hotdogs en el Centrito. Me llamo como mi papá y como mi abuelo, pero no como mi hijo. Cuando era niño pensaba como niño y me parecía a Felipito (el amigo de Mafalda), aunque yo siempre me identifiqué más con Manolito porque tampoco me gustan los Beatles. A veces empiezo por el postre. No sé contar chistes. Me han desinvitado de una boda y de una piñata. No entiendo los museos de cera. Tengo el pelo de Chubaca. Siempre me estaciono lejos del lugar a donde voy. En la primaria sacaba puros dieces y en la prepa cuatros y seises. Muy voluble, contradictorio, pero también soy sencillo y sin frijolitos.