viernes, 11 de enero de 2013

Los hijos

De entrada aclaro que todos los niños me parecen insoportables. Los adultos y ancianos, también. Si de algo sirvieron los big brothers y realitys similares es para demostrar que las personas, todas, somos insoportables después de un tiempo de convivencia. Nada erosiona más el amor, el encanto, la amistad y el misterio que la cercanía obsesiva de la lupa.

Los afectos crecen apenas cuando hay una distancia prudente. Pedro Infante no sería Pedro Infante si fuera el vecino que nos pone la defensa de su carro muy apenas para poder salir de nuestra cochera. Por eso tenemos que irnos un día de casa de nuestros padres y nuestros hijos tienen que irse de las nuestras; sólo así llegamos a muchas navidades con ganas de vernos otra vez, en otro diciembre.

Mateo me ha parecido insoportable muchas veces, pero éstas son pocas contra las veces que me ha conmovido. Desde que le dije que todo lo mío es de él, se clava las monedas que encuentra en mi cuarto y se roba mis chocolates. Perdido de sueño me pasa su brazito por el cuello, me besa y me dice que le gusta mucho estar conmigo. Cuando pierdo en el nintendo me grita ¡toma chango tu banana!.    El otro día hizo algo increíble: con las piezas del jenga construyó un gimnasio de miniatura y con un monito de lego me explicó lo que hace en su clase de neuromotor. Se sabe de memoria a dónde fuimos y con quién. Me recita lo que le dije hace años; se acuerda de todo. Un día me recibe a patadas disfrazado de ninja y otro día me enseña dibujos estallados de color.

Los hijos; esa carga, esa joroba, esa angustia, ese placer, esa esperanza, ese borrón y cuenta nueva, ese compromiso, ese exclusivo obsequio de Dios, esa culpa, esa frustración, ese deleite, ese agradecimiento, ese celo, ese crecimiento, esa paranoia, esa sentencia perpetua, esa tolerancia imperecedera, ese descubrimiento, ese dolor, esa gracia, ese amor, ese temor, esa cadena de incógnitas.

Esos cabrones, los hijos.

5 comentarios:

Argénida Romero dijo...

Reí y lloré a la vez. Tengo tres meses que me estrené como madre y leer esto me pensar en lo que he vivido y lo que me espera.

May dijo...

Ame tu escrito. Es taaan cierto.

Tengo 3 hermosos regalos en mi vida y no cambiaria mis desveladas, corajes y demas por todos y cada uno de las sonrisas y momentos maravillosos. Agradezco a Dios esos 3 regalitos a prestamo.

Lo mejor para el 2013

Anónimo dijo...

Hola Queño! HAce muchoq ue no te leía, me gusta mucho tus historias de Mateo, que tengas un super 2013 :D
Soy Susana Canales :D

Kózmica dijo...

La pura verdad.

Amo a mi hija y agradezco a la vida por permitirme cambiar de parecer y ser mamá pero hay días que me vuelve loca, que tengo que compartir mis dulces, gansitos o chocolates con ella. Hay días que me saca de quicio con sus gritos pero ya por la noche, al dormir abrazadas, olvido y empiezo de nuevo.

Saludos y un abrazo para ti y para Mateo.

zyanya dijo...

Creo que todos vivimos la "maternidad o paternidad " de manera diferente pero hace mucha diferencia el producto en cuestión ... Cuando esos hijos son más cariños, más inteligentes , más despiertos más de esos que los dejan con la boca abierta hay más tela de donde cortar creo todos aman a sus hijos de cualquier manera listos o no pero cuando esos pequeños en cuestión tienen eso extra hacen que las palabras fluyan ...
Buenas don Ñetz