martes, 7 de septiembre de 2010

Nunca hemos sido los guapos del barrio II

En Colinas de San Jerónimo jugar futbol era más una actividad para despistar al aburrimiento que para colgarse victorias.
Los goles eran lujos perecederos tanto o más que la luz mercurial que parpadeaba sobre la cancha de cemento seis meses y seis meses no. Las derrotas no avergonzaban a los perdedores más allá de la hora de la cena. A menos que un balón disparado desde una vistosa chilena-chilera azotara la reja que hacía de red, nadie presumía demasiado sus jugadas de acierto. El castigo por no brillar en el equipo era que te mandaran de portero y aun en esa posición era preferible cubrirse los huevos frente a un pelotazo que evitar la goleada en contra. Los goles casi no importaban, se cantaban y se festejaban como si fueran partos de aire invisible, huidos al instante, perdidos en la próxima jugada. Las anotaciones no se gritan igual cuando no hay público que haga coros y como prueba están esos goles profesionales que se meten en un estadio vacío por culpa de algún veto.

Tampoco ninguno de nosotros presumía sus calificaciones. Ser burro era bien visto; fallarle a los libros nos diferenciaba entre la bola, nos ponía en relieve. Era menos madreable reprobar matemáticas que ser la estrellita del salón. Entre mis amigos no había mentes brillantes pero el anormal era Javier el de Menudo quien aguantaba sin esfuerzo promedios excelentes en una escuela de gobierno (a Javier le abochornaba hablar de eso, de sus altas calificaciones pero más de la secundaria de gobierno).

Todavía menos presumible era nuestra moda. Hubo un tiempo de mi vida en que no conocí las marcas ni sus logotipos. Si acaso la palomita de Nike aparece en mi memoria pero sólo como una excepción a la regla heredada de vestirse lo más anti cool posible. En el reino de los cacos no se señala a quien reincide en pecados de estilo y etiqueta. Mis amigos criticaban el pantalón brincacharcos pero te veían feo si traías tenis nuevos. También se burlaban si a la altura de la axila te mapeaba una mancha amarillenta como si alguien te hubiera eructado ahí un fantasma de nicotina. Nos vestíamos a como nuestros papás nos iban colgando trapos y es bien sabido que a los papás de los años 80 les sobraban buenas intenciones para educarnos y mal gusto para escogernos ropa de aguascalientes.

Los amores ni siquiera figuraban en nuestro departamento de objetos perdidos porque ni uno de nosotros tenía pegue. Para empezar, no había vecinas guapas y si hubiera habido no hubiéramos sido nosotros el target de sus feromonas (había una vez un hubiera...). Dicen que no puedes extrañar algo que no has tenido, pero estoy seguro que nosotros añorábamos a las Winnies Cooper que jamás se aparecieron. Si veíamos por ahí un camión de mudanzas inmediatamente preguntábamos si se había cambiado a la colonia alguna niña bonita, pero la noticia era siempre la misma: los recién llegados eran matrimonios jóvenes sin hijos, o con hijos bebés, o con puros hijos varones. Parecía que jamás íbamos a saborear un lipstick.

Entonces, nuestra vida a los 11-14 años consistía en jugar futbol sin demasiada entrega, chafear casi a propósito en el colegio, vestirse con el penúltimo sollozo de la moda y gastarse el semen en un calcetín anhelando que una niña bonita llegara a nuestras calles para que, ahora , su presencia nos motivara a jugar mejor futbol, sacar buenas calificaciones y vestirnos menos peor.

1984.- Ya me gustó meter una canción al final de cada post. Mis primeros dos casets fueron Thriller de Michael Jackson y 1984 de Van Halen. De este último me gustaba mucho "Drop Dead Legs" que nunca llegó a sencillo y que tiene el feeling de "Back in Black" o "You Shook Me All Night Long" de AC/DC, ideales para caminar como un chingón sin el requisito de serlo. Además, es de esas canciones que no se quieren terminar, que se alargan.


4 comentarios:

Lau dijo...

está bueno este post, me hiciste recordar a mi hermano que es un año menor que yo, de sus escapadas a las canchas de basquet y sus cascaras en la calle enfundado en unas bermudas y playera "x"
saludos desde Queretaro!!!!

David Lepe dijo...

otro genial ataque nostalgico. me gusta.

El Contador Ilustrado dijo...

ahh nostalgia por mis playeras rotas

buen post

MLD dijo...

ME ACORDE DEL "CHIQUITIBUM PRACTICAS"